Carolina Losada y un secreto revelado: los dos hermanitos que “la adoptaron” como mamá

La senadora y precandidata a la gobernación de Santa Fe no tenía decidido ser madre, pero la vida la puso en ese rol. B. y D. tienen 15 y 12 años, respectivamente. Cómo es el día a día con ellos.

Carolina Losada (50) tiene una historia que intenta mantener dentro de las fronteras de su hogar: los dos hermanitos que “la adoptaron” como mamá.

Hace unos años, Valeria -amiga íntima de precandidata a la gobernación de Santa Fe- colaboraba con Familias de Esperanza, una asociación que brinda abrigo a chicos en situación vulnerable y cuya sede se encuentra en La Horqueta, partido de San Isidro. Así Losada conoció a B., una nena de 6 años, la más grande de cuatro hermanitos.

Corría el año 2014 y las visitas de la nena a la casa de la actual vicepresidenta del Senado se habían vuelto cotidianas. Valeria era familia de apoyo de la nena, y el vínculo se fue formando en reuniones entre amigos los fines de semana.

Cuando Valeria estaba cerca de tener a su tercer hijo, se encontró con que ya no podía cumplir su compromiso con B.: retirarla los viernes del hogar y brindarle la contención de una familia.

“Le pedí ayuda a Carolina. Ella ya tenía una relación especial con la chiquita, y así fue que junto a quien en ese momento era su pareja (Luis María Vayo) comenzó a llevarla a pasear todos los fines de semana”, cuenta.

“En Familias de Esperanza, como en cada hogar de abrigo, cada nene o nena tiene una familia de apoyo. La idea es que los fines de semana vayan de paseo y vivan lo que es una familia, un refugio reservado para el amor. Un lugar donde pueda haber discusiones sin que terminen en violencia”, profundiza Valeria.

Luego de un tiempo de visitas de B. a la casa de Losada durante sábados y domingos, la Justicia finalmente resolvió la revinculación de la menor y sus tres hermanitos con su familia de origen.

Los hogares de tránsito suelen tener una política: una vez que un chiquito es dado en adopción (o devuelto a su familia biológica, como en este caso), la familia que le dio abrigo no puede verlo más, salvo que su adoptante quiera.

Carolina Losada y su hija mayor junto a Luis Naidenoff, senador y pareja de la precandidata a la gobernación de Santa Fe. (Foto: TN)

“Carolina quedó partida en 50 pedazos cuando dejó de ver a la nena, que tampoco entendía por qué no podía seguir viendo a quien ya consideraba como una mamá”, recuerda alguien que conoce muy bien a la rosarina.

Madeleine, otra amiga de Losada, también colaboraba con Familias de Esperanza: durante tres años había sido familia de apoyo del menor de los cuatro hermanitos. Cuando los nenes volvieron a vivir con sus abuelos por orden de la Justicia, Madeleine entró en contacto directo con la familia biológica y mantuvo el vínculo de apoyo con los nenes.

Losada se mantenía al tanto de la vida de los chicos. “Hicimos una colecta para construir un cuarto para la nena, y Carolina colaboraba con juguetes, ropa y todo lo que hiciera falta para que los chicos estuvieran bien”, menciona Madeleine. Al poco tiempo, la senadora volvió a ser familia de apoyo de dos de los cuatro hermanitos: B. y D. -el tercero-, que ya tenían 10 y 7 años.

La casa renovó su paisaje: cada sábado y domingo, una nena y un nene correteaban por el parque y jugaban con las mascotas. Una postal parecida a las que Losada había conocido en la casa que su familia tenía en Funes, en las afueras de Rosario: mesas largas, ruido, calor de hogar. Era feliz, aunque sabía que el futuro de esos vínculos dependía de un juez.

A fines de 2019, la abuela biológica le pidió finalmente a Losada que se llevara a los dos chicos a vivir con ella un tiempo. Y así, una convivencia de sábados y domingos pasó a ser cosa de todos los días.

Losada experimentó nuevos bríos y nuevas responsabilidades. Y redescubrió una nueva manera de dar y recibir amor. “Se quedaron todo el verano. Carolina se los llevó al sur y a la playa”, aporta alguien del entorno familiar.

Ella los siente sus hijos, y ellos la sienten su mamá”

Poco después llegó la pandemia. “Y ese tiempo de encierro, que para muchos fue muy difícil, para los hijos de Carolina fue un tiempo de felicidad, porque se encontraron disfrutando en forma permanente del ámbito familiar con el que siempre habían soñado”, agrega la fuente. Todo parecía transcurrir con normalidad entre tareas, zooms y chats de mamis.

Los roles estaban claros. Carolina, como mamá de los chicos; y Vayo, su expareja, como papá, conteniéndolos y alentándolos para que crecieran en un ámbito de amor.

En 2021, luego de casi 20 años de presencia ininterrumpida en televisión, Losada recibió la propuesta para poner en pausa al periodismo y lanzarse a la arena política. Así obtuvo una banca como senadora nacional en representación de Santa Fe. En el plano sentimental, se separó de Vayo y conoció a Luis Naidenoff, senador formoseño por la Unión Cívica Radical (UCR).

Los chicos tienen hoy 15 y 12 años, respectivamente. Siguen viendo a Vayo y comparten tiempo con la actual pareja de la precandidata que busca ganar la interna del frente Unidos Para Cambiar Santa Fe (las PASO provinciales serán el 16 de julio) y destronar al peronismo.

“Somos una familia grande, ensamblada, tal vez un poco diferente a lo tradicional”, agrega Madeleine, que tiene la guarda de los dos hermanos de los hijos de Losada. Y agrega: “Los chicos van al colegio, hacen deporte, estudian inglés, tienen amigos. Siguen en contacto con su abuela biológica y también tienen a sus abuelos del corazón”.

Losada procura hoy que la intensidad de su vida política no afecte la agenda familiar. “Se ocupa de las tareas, está en el chat de mamis del nuevo colegio, asiste a los actos escolares, organiza cumpleaños y pijamadas”, dice alguien con llegada al círculo íntimo, y cierra: “Ella los siente sus hijos, y ellos la sienten su mamá. Es una historia de amor que se sigue escribiendo”.

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