Gildo gana por lo que hace, no por lo que dice

Después de cortar una cinta de inauguración de algún edificio, quedan dos cosas. Para la gente la obra; para los medios y la oposición lo que el gobernador exprese en el discurso.

Cuando anuncia un aumento, ocurre lo mismo. Para unos las palabras, para otros los billetes en el cajero automático.

Más allá de la cartelería, la invasión de los medios afines cercanos al gobierno repitiendo el mismo discurso, las reacciones de manual y los slogan clásicos de campaña, a la sociedad “le queda” otro concepto en la cabeza.

CONOCER

Quizás por esto la estrategia de los opositores de contestar “las 24 horas” al titular del PJ solo logran centralizar la figura del hombre invicto en las urnas.

Quizás por esto Paoltroni cree “se sube al caballo de la victoria” creyendo lo que le susurran al oído. El ganadero puede conocer Formosa, pero no tanto a los formoseños.

Formosa se puede conocer por Google, desde las estadísticas o desde las fotos. Conocer al formoseño lleva mucho más tiempo y miles de tereré bajo el mango.

Mucho menos aprenderá de asesores con tonada porteña que nunca compraron una chipa en la vereda del IASEP, ni comieron un asado de Tamalo.

LOS HOMBRES PASAN, LAS OBRAS QUEDAN

Entre tantos cuestionamientos de los antigildistas figuran reales observaciones sobre los costos de la obra pública; pero se exhiben montos que el formoseño común nunca tendrá en sus manos ni lo dimensiona.

GILDO ES BUENO?

Nada de lo que describimos más arriba lo hace mejor, peor o invencible al hombre record de Formosa. Solo describe la realidad que muchos no logan interpretar.

Así nomá é

Juan Coco Altamirano

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