Fiestas violentas: un hombre atacó, al menos, a tres jóvenes «con un palo»

A la salida de una fiesta realizada en una quinta del barrio San José Obrero en la noche de Navidad, "un vecino alterado" discutió con muchachos que salían de un evento y los atacó "a palazos y patadas". Uno de ellos sufrió fractura de mandíbula y otro en el tabique nasal. FOTO ILUSTRATIVA

NoticiasFormosa pudo reconstruir, de varios testimonios, lo ocurrido esa noche. «A mis amigos lo molieron a golpes. A uno le pegaron con un palo y al otro -que fue a auxiliar- lo atacó a patadas estando tirado en el piso, desvanecido y sangrando la nariz. Fue un descontrol» relató un testigo.

OTRO CASO

Un muchacho, «que es jugador de fútbol» también fue víctima del descontrol de la madrugada del domingo. Aquí fue más grave: «debió ser hospitalizado y fue intervenido quirúrgicamente. Tuvo desprendimiento de mandíbula inferior. Por esto ya se perdió parte de la temporada en un club porteño» relataron.

LA DISCUSIÓN PREVIA A LOS ACTOS DE VIOLENCIA

En medio de ese escenario «un hombre alcoholizado comenzó a piropear a las chicas que salían del evento acompañado de grupos de amigos. «Uno de ello intenta controlar al señor, pero la reacción fue terrible. El señor agarró un palo comenzó a correrlos; entonces los muchachos se meten en algunos autos pero el señor comenzó a golpear los coches» cuentan.

«Al hombre lo respaldaban otros muchachos y unos pibitos; era el más alterado, pero no actuó solo».

En ese momento de caos, en medio de los gritos, «R. F. sale para tratar de controlarlo y en ese momento recibió un terrible golpe en el rostro».

No se pudo confirmar si hubo denuncias policiales, «al señor lo vimos caminando por el barrio al otro día» contó un vecino del barrio.

VECINOS Y TRAPITOS

Por este incidente, organizadores de otra fiesta «de fin de año» tomaron algunas precauciones «para evitar disturbios», pero los frentistas «cobraban entre $ 1.000 y $ 1.500 para estacionar los coches frente a las casas. Había que pagar por adelantado; no se mostraban muy amables. Y después de cobrar, nadie cuidaba los coches» agregaron asistentes al evento realizado «en otra quinta» del barrio.

Salir de la versión móvil