Una sola bandera, la del pueblo

La selección de fútbol no sabe de grietas. Nos incluye a todos. No se cruza con la política. Es simple representa al pueblo, sin distinciones. La redonda hoy le deja un mensaje a la a política y los políticos. No los elegimos, pero nos representan.

Un 16 de mayo, hace 44 años, nacía en Pujato (un pueblo del sur de Santa Fé, donde habitan 4.000 personas) un tal Lionel Scaloni. Él seleccionó al equipo que hoy es orgullo en Qatar. Para muchos era un desconocido, con pocas preseas que lo califiquen como DT de la celeste y blanca. Quizás por eso muchísimos periodistas y opinólogos pusieron su mirada crítica sobre sus decisiones.

De pocas palabras para los micrófonos, fácil de emocionarse y entregado al trabajo silencioso armó la «Scaloneta».

Para quienes no viven de cerca el mundo del fútbol tuvieron que googlear a muchos de los jugadores que hoy nos representan. Sin estridencias, con mucha humildad, ordenados y con un sueño estarán en los ojos del mundo.

MILLONARIOS QUE BUSCAN UNA FOTO

Necesita Messi dinero generado por de la Copa del Mundo para seguir viviendo?. No, definitivamente no. Pero su corazón albiceleste es más fuerte y quiere regalarle a sus hijos , esposa, padres y hermanos que lo alientan desde la tribuna una foto que aún no tiene: con la copa del mundo; la misma que levantó Pasarella en el 78 y Maradona en el 86.

Es el mismo sueño de todos. Por eso lo idolatramos. El 10 nos representa. Lionel hace más de lo que al más de lo que a un director de cine se le pasa por la cabeza.

LÍMITES

Cuando algún político, funcionario u oportunista de turno «se subió» al carro de la selección, la gente -en las redes- se encargó «de bajarlo del caballo».

La selección es del pueblo, de la abuela que baila en la avenida 25 de mayo, del niño que llora con su madre cuando la red se infla por un gol argentino, del sereno que escucha el partido por radio, del empresario que puedo viajar a Qatar, del «los locos» que vendieron el auto para estar al lado del adinerado, del albañil que invirtió parte de su salario para comprar una camiseta del Mercadito.

La selección no tiene dueños. Es de todos, y no es un slogan. Es un sentimiento, una realidad que se vive a flor de piel.

Cualquier pilcha con los colores del cielo que vistamos estas horas nos iguala. Como algún tiempo fue el guardapolvos, que en la escuela nos ponía a todos a la misma altura.

MIREN UN POCO

Es un claro mensajes para quienes desde sus despachos o bancas se creen «duenos de los ismos» (cristinismo, macrismo, gildismo, radicalismo y otros tantos …) que -muchas veces apoyados por el periodismo militante- crearon la grieta que hoy divide al país.

Arrímense a las ventanas. Miren. Analicen. Comprueben. El pueblo está en la calle, con una sola bandera, la de todos: la gloriosa celeste y blanca.

NO IMPORTA

Ojalá el sueño se haga realidad. Que la vuelta olímpica en estadio Lusail del equipo (reitero, equipo) nos haga llorar de orgullo, que nos haga olvidar muchas penurias. Que abracemos a nuestros hijos, a nuestros padres, que miremos al cielo para buscar a ese ser que ya no está en esta tierra y festejemos una alegría que necesitamos.

No hay Boca, no hay River, no hay Sol, no hay Chacra, no hay Patria, no hay peronistas, no hay radicales. Solo hay argentinos y argentinas.

Si nos el segundo escalón del podio, igual estaremos agradecidos a un grupo de valientes y aguerridos muchachos que nos elevaron la autoestima. Ya no importa el resultado del partido (bueno, un poco sí).

La hinchada argentina en Qatar, a 13.029 km de Formosa, hizo más publicidad y promoción de nuestro pueblo que cualquier aviso publicitario o funcionario trasladando delegaciones y stand en mega exposiciones.

.. Al fin y al cabo, como siempre, «vox populi, vox Dei». La voz del pueblo, es la voz de Dios.

Juan Coco

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