Conflicto arenero: Pese a reclamos, el administrador de Puertos no da respuestas

El conflicto arenero en la zona portuaria se agudiza ante la falta de respuestas del funcionario nacional que es el responsable del sector del puerto en Formosa.

El conflicto desatado en la zona portuaria por la arenera extraprovincial que, con total impunidad, sigue operando en un sector privilegiado del río Paraguay, aún no tiene visos de solución y quien debería intervenir para poner las cosas en su lugar brilla por su ausencia y silencio, convirtiéndolo en cómplice de esta irregular situación.

En efecto, el nuevo administrador de Puertos de Formosa, un hombre llegado de la provincia vecina de Chaco, aún no se interesó y muchos menos se ocupó de este viejo problema de hijo y entenados donde una de las empresas goza de todas las ventajas por estar posicionada en un lugar inmejorable del curso hídrico, condenando a las otras dos firmas privadas a tener que trabajar en inferioridad de condiciones, con todo lo que esto implica en términos de gastos y pérdidas económicas.

“Una cosa es sacar arena a metros de la costa como lo hace esta empresa y otra muy distinta es hacerlo en zonas menos provechosas del río como las otras dos, que tuvieron que gastar en caños, infraestructura y costosos equipos de succión para poder subsistir”, describieron.

El privilegio del que goza esta compañía oriunda de nuestro Litoral es de vieja data y nunca nadie hizo nada para poner las cosas en igualdad de condiciones. Resulta que una autorización provisoria que en principio debía haber durado hasta que el río vuelva a su altura normal, le fue otorgada hace muchos años en una de las últimas inundaciones, con el argumento de la emergencia hídrica. Con el paso de los días el río bajó su nivel y todo volvió a la normalidad, pero para sorpresa de muchos la empresa permaneció impertérrita en el mismo lugar, justo frente al Puerto y a metros de la orilla, violándose de esta forma el compromiso asumido inicialmente.

“Pero claro, quien se va a querer ir de este lugar privilegiado. Sacar arena de este lugar es muy fácil y sale prácticamente gratis”, contó un trabajador del sector, señalando al barco arenero de la empresa en pleno trabajo de succión del lecho del río.

La solución es muy simple. Trasladar la zona de operaciones aguas abajo y liberar este sitio que hoy es exclusivo de esta empresa acomodada, que sigue obteniendo pingües ganancias al amparo del calor que conceden los poderosos de turno.

El funcionario responsable del área, que debería ejercer el control y la superintendencia en este tema, mira para otro lado, no se hace cargo de la situación y mantiene un silencio cómplice que despierta todo tipo de sospechas y suspicacias, porque quien calla otorga y quien otorga es parte del negocio.

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