Con los precios por las nubes, el consumo de carne sigue cayendo en el país

Los datos estadísticos del consumo anual por habitante en la Argentina marcan un consumo deprimido, apenas 47 kilos por habitante al año.

El impacto de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores argentinos explican en gran medida este resultado, frente a subas poco significativas en el consumo de carnes sustitutas como el pollo y el cerdo.

En 2021 el consumo aparente de carne vacuna en la Argentina equivalió a 47 kilos por año por habitante y la medición que hace el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), marca una tendencia preocupante, el argentino promedio va reduciendo su consumo de carne por estos factores que golpean al sector.

En el año 2010, cada argentino comía al año unos 57,1 kilos de carne vacuna, que ya en 2011 comenzó a caer, con 55,2. En tanto, en 2012, el promedio logró una leve suba, con 58 kilos en promedio para ese año.

Más adelante, los números se mantuvieron más o menos estables durante 2013 y 2018. Ya 2019 cayó a 51 kilos, en 2020, 50 kilos y 2021, 47,5 kilos por año por habitante.

Así, en el último año cada argentino consumió en promedio casi tres kilos menos de carne. Esto pese a ciertas medidas tomadas por el Gobierno para impulsar el consumo interno.

La batería de medidas incluyó presiones sobre el sector exportador para volcar al consumo local mayor oferta (11 cortes a precios fijos), cupos de exportación, cierre de exportaciones para ciertos cortes, precios cuidados, precios congelados y a partir del 1° de enero de 2022 el cambio del sistema de distribución, pasando por troceo (trozos de 32 kilos) en lugar de media res.

Pero más allá de eso, lo concreto es que la baja del consumo de carne vacuna tiene que ver en esencia con la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios.

Según los datos informados hoy por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y derivados de la República Argentina (CICCRA), la caída del consumo de carne vacuna acumula una caída de 31,9% en la comparación con 2008, cuando se registró el pico de consumo por habitante con 69,1 kilo anual por habitante.

Desde 2018 cada año bajó un peldaño más el consumo de carne bovina per cápita en el país.

Parte de la explicación se encuentra en cómo se movieron los precios de los diversos cortes cárnicos en los últimos años.

Según un relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) los precios del un conjunto de 24 cortes de carne de vaca aumentaron en los últimos doce meses un 70,3%, mientras que el pollo avanzó 58,1% y el cerdo 38%.

No es un dato menor teniendo en cuenta que según datos oficiales los salarios aumentaron en el último año un 51,3%, pero en algunos segmentos como el sector informal de la economía, el ajuste llegó a sólo el 33,8%.

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