En la oportunidad se procedió, como gesto de compromiso ecológico, a plantar un ejemplar de Guayaba (Psidium guajava), y plantines de Ñangapiry (Eugenia uniflora) y también se hizo dispersión de semillas.
La zona está en recuperación, para visitar y documentar su estado se utilizaron los senderos preestablecidos sin pisar el sustrato afectado por el fuego.
Esta zona tiene una enorme riqueza y biodiversidad, gran accesibilidad desde la Avenida Ribereña, y es ideal para ecoturismo y avistaje de aves, siempre con un criterio de sustentabilidad que permita disfrutar sin perjudicar el ecosistema.
El trabajo de campo que se realiza es permanente para fortalecer circuitos atractivos de ecoturismo en la ciudad capital indicaron desde la organización.
