Cinco datos sobre la ciencia involucrada en la creación de hamburguesas

La hamburguesa es una de las piezas más solicitadas en la industria de la comida rápida. Es una opción cuyos orígenes se remontan al siglo XVII en Alemania, pero que encontró popularidad en Estados Unidos en el 1900. Hoy, es un clásico en todo el planeta.

La fama de las hamburguesas no solo se debe a la comodidad del formato más consumido, el sándwich. Su globalización tiene que ver, más bien, con la diversidad de procesos y combinaciones que se desarrollan constantemente para enaltecer su sabor.

En esta nota, compartimos cinco datos sobre la ciencia involucrada en la elaboración de hamburguesas.

1. El frío ante todo

En todo proceso de fabricación de hamburguesas, el control de temperatura es esencial para ofrecer una pieza de calidad en perfecto estado. Por eso, el clima de los centros de elaboración no puede superar los 12º centígrados.

2. La ciencia de la combinación

Al comprar hamburguesas, por ejemplo, no solo debemos contemplar la refrigeración de las piezas, sino que debemos saber que se trata de hamburguesas frescas. Esto se debe a que estas cadenas elaboran las piezas de demanda diaria, para evitar que se pierda la cadena de frío.

El hecho de que, al pedir un McDelivery, saboreemos tanto las hamburguesas no es azaroso. Antes de ponerlas en circulación, se realizan pruebas y combinaciones de distintos ingredientes y clases de carne.

En la actualidad, incluso, existen competencias para elaborar nuevas combinaciones premium. Distintos chefs, a lo largo del mundo, estudian meticulosamente los porcentajes de distintas piezas según la textura, condimentos y porciones de nutrientes.

3. El cuidado de la materia grasa

Otro aspecto muy relevante para la textura y el sabor de las hamburguesas es el riguroso control de la materia grasa. Para lograrlo, en primer lugar se hacen análisis químicos de los distintos cortes de carne. Evaluado esto, se combinan porcentajes de acuerdo al objetivo. 

Del porcentaje logrado en cada receta dependerá el sabor, el punto de cocción, la textura y la liviandad o pesadez de la pieza. Esto determina combinaciones específicas y el nivel de humedad al cocer.

4. La importancia del punto de cocción

A las consideraciones establecidas previamente, se suma la importancia de otro proceso químico implicado antes del consumo: la cocción. Esta es la razón por la que, previo a la venta, el control de calidad de una hamburguesa incluye una prueba de preparación.

El punto logrado al cocinar la pieza es fundamental para dar el toque final al sabor que se espera después de tanto estudio y trabajo. Se trata de una parte esencial del proceso implicado en lograr un sabor único.

5. Condiciones de almacenamiento

La forma de almacenamiento no solo es determinante para el sabor resultante de la cocción de las hamburguesas. Se trata de una condición inherente a todo producto gastronómico, ya que responde a las normativas de higiene fundamentales.

Además de una refrigeración constante, las piezas deben trasladarse siguiendo ciertas pautas de aislamiento. Esto se debe a que, sin un ambiente amigable, las bacterias no pueden reproducirse y, por lo tanto, vivir. 

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