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Las menciones a la figura del gobernador durante la pandemia es mínima comparada con las caras visibles de los informes diarios. La estrategia de aislar a Gildo Insfrán de «las malas noticias» le resulta efectiva -hasta ahora- al oficialismo que sienta en la «barrera de contención» a hombres -y pocas mujeres- que hasta ahora no figuran en las listas de candidatos del PJ formoseño.
Con la excepción del actual ministro de Economía (y subrogante de Turismo), Jorge Ibáñez, que alguna vez estampó su nombre en una boleta electoral para acceder a una banca en la Cámara de Diputados provincial; los otros miembros que ofician de voz oficial nunca fueron candidatos a nada.
Ibáñez que llegó a Formosa hace varias décadas, no se desempeñó solamente en el Poder Ejecutivo. Tiene un largo currículum como funcionario público y, cuando le toca ser la voz principal de la mesa covid, exhibe templanza y cordialidad en las respuestas. Todo lo contrario al «modo confrontativo» de su par de Gobierno Jorge González.
Los voceros del gobierno cumplían una tarea que, hasta ahora, es efectiva: atraen la atención, ponen la cara y «la sociedad no habla, ni culpa a Insfrán de los problemas que padece». Gildo solo aparece en pantalla para recibir autoridades nacionales y dar «las buenas noticias».
González, ex abogado del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa) y partícipe activo en la Convención Nacional Constituyente de 1993 en Santa Fe (junto a Ricardo Altabe y el investigador del CONICET José Braunstein) también tiene su «modo zen» y cuando se lo propone, también muestra un perfil con lenguaje religioso.
ATACAR PARA DEFENDER
El tridente ofensivo González-Ibáñez-Gómez se vió en vuelto en problemas días atrás: se quedaron «sin enemigos a la vista». el ex juez federal Carbajal cumplió su ciclo en el cargo de juez federal en Formosa, los ingresado «por la decisión de la Corte Suprema» ya estaban en Formosa y no generaron el aluvión de casos positivos presumidos pro el gobierno, Lee, Nicora, Neme y Suizer dejaron de hacer presentaciones de hábeas corpus y el «CovidShow» comenzó a perder interés mediático. Hasta que apareció «la marcha de los libertarios que no pudo ser».
SIN CHISTES, SIN CHICANAS, SIN ENEMIGOS
Con la llegada del nuevo año, quedaron atrás adversarios elegidos por semana para justificar algunas deficiencias y exhibir un estatus sanitario que -realmente- era envidia del resto del país, aunque sus equipos de comunicación hicieron todo mal y no lograron «sacar chapa» de la situación modelo que Formosa mantuvo durante varios meses. Todo quedó en el 2020. Todo cambió.
La oposición local se apartó de los cruces de acusaciones y culpas de la pandemia y dejó al oficialismo solo «para que se arregle con el problema».
El gobierno quedó sin enemigos. Ya no tiene a quien culpar de los problemas que brotan en el oeste provincial, Clorinda, los reclamos del sector privado, los jóvenes en las redes sociales.
El combativo ministro Jorge González cambió en las últimas semanas: bajó su perfil. Dejó de enfrentar a los medios. Es más cordial con los periodistas en las conferencias. Dejó de hablar en guaraní. Se olvidó de chicanear. Las estadísticas que día a día reciben en Casa de Gobierno, obligaron al cambio.
POTENCIARON UNA MARCHA MINÚSCULA
El último error fue salir a frenar una movilización que se sabía minúscula. Le otorgó tanta importancia que ganó protagonismo en los medios, las redes y la opinión pública.
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