Carta abierta al gobernador Gildo Insfrán

Carta de lectores.

La inusitada violencia que ejerce el Gobierno Provincial sobre la ciudadanía indefensa me obliga a llamarle una vez más a la reflexión, Sr. Gobernador.

Esta vez le tocó al joven empresario Patricio Evans y a un padre que desde un centro de alojamiento de la escuela del barrio Nueva Pompeya, fue llevado a una dependencia policial en horas de la madrugada de hoy.

El primero de ellos dueño de un hotel construido con el esfuerzo de la inversión familiar, violentamente reducido por cuatro policías imponiendo una violencia inexplicable, innecesaria y desproporcionada.

Este hecho es uno más de los muchos que se produjeron durante esta interminable cuarentena que, al parecer, le dio a las fuerzas policiales una «licencia» para violentar sin límites a quienes quisieran.

No existe en los registros de la historia de Formosa, al menos en democracia, antecedentes de un accionar abusivo y carente del más mínimo respeto por los derechos humanos.

Solo a modo de advertencia, Sr., quiero que reflexione profundamente, en la soledad de su descanso diario, sobre lo que está provocando al pueblo formoseño.

Ya no es una sensación ni la percepción de quienes nos oponemos a su autoritario y eterno gobierno.

Por el contrario, todos o una gran parte de los ciudadanos somos testigos diarios del avasallamiento más intolerable hacia quienes se atreven a discutir mínimamente sus absurdas decisiones.

Ud. es el único responsable, Sr. Gobernador: no voy a caer en la trampa infantil de culpar al Ministro Jorge González quien no es más que un pobre hombre enviado a hacer el triste papel de mandadero de las órdenes que Ud. imparte.

Ud. es, repito, el único y exclusivo responsable de lo que pudiera ocurrir con nuestro pueblo.

Termine ya con esta práctica ridícula y a la vez peligrosa de hacernos creer que es dueño de la vida y los bienes de los ciudadanos.

Lamento profundamente que toda su política a la que denomina «sanitaria» esté teñida e invadida por actitudes vengativas y persecutorias hacia los que no viven o no reciben, o no se desarrollan al calor de los favores de su gobierno.

Existe una gran cantidad de formoseños que no piden o no precisan de su ayuda y ellos, en lugar de ser estimulados y alentados por Ud., solo son tratados como enemigos.

Ud. montó un verdadero ejército de ocupación de su propio pueblo y lo somete a vejámenes inauditos que en otros lugares del país o del mundo jamás serían tolerados.

No espere a que ocurran hechos irremediables, recuerde que, según su doctrina, cuando los pueblos se cansan, hacen tronar el escarmiento… le envío mi saludo y le manifiesto una vez más mi predisposición a cualquier acción que contribuya al bienestar del conjunto de nuestros conciudadanos.

Por Adrián Malgarini.

 

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