Conejero quiere misas y se queja por exceso policial

En su mensaje al pueblo formoseño en tiempos de pandemia, la máxima autoridad católica en la provincia, el Obispo José Vicente Conejero, expresó una serie de críticas y pedidos al Gobierno de Formosa, en el marco de las decisiones y situaciones que se viven en la provincia por la pandemia y las acciones oficiales vinculadas a ésta.

El obispo de Formosa se quejó por excesos de la fuerza pública, pidió misas y actividades de catequesis en iglesias con protocolos sanitarios y también reclamó por el bloqueo que “coarta libertades” en alusión a la ciudad de Clorinda, única de la provincia con bloqueo sanitario.

“Queridos hermanos y queridas hermanas con quienes caminamos en este regalo de Dios, que es nuestra hermosa tierra formoseña. Hermosa por sus paisajes tan variados y más hermosa aún por la riqueza pluricultural de las personas que la habitamos” dijo el Obispo.

“Estamos iniciando un tiempo muy especial y muy sentido por todos que es la preparación a la Navidad. Y en el sobresale la figura de un Profeta, Juan el Bautista: «Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios.» agregó.

“Esa voz también grita hoy en la realidad que fuimos construyendo, para recapacitar y re direccionar nuestro caminar” dijo.

“¿Qué debemos hacer le decían la gente a Juan? ¿Qué debemos hacer nos preguntamos hoy? La respuesta era y es “produzcan los frutos de una sincera conversión” (Lc.3,8), es decir, un cambio de mentalidad, que posibilite un cambio de rumbo, de dirección. Y esta tarea implica una mirada hacia atrás para descubrir lo que debemos cambiar y allí vemos debilidades: indiferencias, insensibilidad, egoísmos, divisiones y mezquindades que causan profundas heridas, dolores, angustias que van minando nuestra condición de ciudadanos y una auténtica vida democrática”.

“En el transcurrir de esta pandemia vamos escuchando voces que están clamando con fuerza y tristeza desde muchas situaciones que no corresponden a una realidad de vigencia de los derechos y garantías de una vida ciudadana plena: violencia inusitada y desmedida en la utilización de la fuerza pública, en distintos ámbitos, especialmente en relación a los más pobres y débiles (Pueblos Originarios, trabajadores…), con multas, sanciones judiciales y bloqueos que coartan las libertades” añadió.

“También constatamos con dolor la realidad creciente de ciudadanos que van quedando sin trabajo, de personas necesitadas de un plato de comida, o una taza de leche para los niños, y madres afligidas por la falta de recursos. Al mismo tiempo venimos recepcionando con preocupación los cuadros de personas con depresión, pánico: situaciones de violencia familiar, y un preocupante número de suicidios” alertó.

“Pero también la conversión invita a mirar hacia adelante porque el futuro puede ser diferente y eso nos abre a la esperanza de construir algo nuevo de la mano de Aquél que hace nueva todas las cosas (Ap.21,5). Y aquí vemos aflorar el hecho de que el formoseño es una persona religiosa y de mucha fe, que desde los diversos credos buscan relacionarse con Dios. A partir de ello, creemos y sostenemos que la Vida Espiritual es esencial en este tiempo de Pandemia, y ello, muestra la necesidad de la apertura de los templos, capillas, cultos e iglesias para las diversas celebraciones, la catequesis, y actividades varias. Creemos que con los protocolos adecuados estas actividades pueden llevarse a cabo con tranquilidad” remarcó Conejero.

“Estructurar la posibilidad de generar trabajo genuino para todos, que permita el crecimiento y el sustento digno de cada formoseño. Alentar la conciencia del respeto y la promoción de la dignidad de todos, la defensa de la vida en todas sus etapas y en todas sus dimensiones. Reafirmar el compromiso del cuidado de la salud de una manera especial en este contexto” sostuvo.

“Recibiendo a los que vienen con alegría fraterna, sin temores ni prejuicios y solidariamente. Por parte de la Iglesia tenemos nuestras instalaciones siempre disponibles para acudir al encuentro de las necesidades que esta situación nos presenten”.

“También la conversión pide fortalecer la solidaridad, que ya se manifiesta en los comedores y merenderos muchos de los cuales están acompañados por las Cáritas Parroquiales, constatando al mismo tiempo que nuestras posibilidades de ayuda muchas veces se ven restringidas, ya que los recursos que tenemos provienen de donaciones de personas generosas” agregó.

“Una realidad nueva está amaneciendo cuando aprendemos a mirar al hermano, a la hermana con los ojos de Jesús y así desde la compasión y el compromiso, vemos surgir en nuestros barrios numerosos grupos de personas, de buena voluntad, sobre todo jóvenes que se empeñan en hacer de nuestra sociedad un lugar de justicia, dignidad, paz, vida, respeto mutuo, entrega generosa y desinteresada. Una sociedad verdaderamente humana”.

“Pedimos la intercesión de Nuestra Señora del Carmen, “vida dulzura y esperanza nuestra”, Madre y Patrona de los formoseños e invocando su protección sobre cada uno de sus hijos, nos enseñe a abrir nuestros corazones para que su Hijo pueda encontrar en Formosa un lugar que lo reciba, lo acune y le permita ser Dios con nosotros”.

“Invitándoles a preparar una acogida calurosa y a corazón abierto del Señor que está viniendo constantemente a nuestra vida; como Pastores de las diversas comunidades Parroquiales, junto con nuestro Obispo, Los saludamos afectuosamente”.

Texto del primer domingo de Adviento, que será este domingo 29 de Noviembre de 2020.

 

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