Es alarmante la situación de los vecinos de Paraguay. Hay un crecimiento exponencial de la curva de muertes y contagios en las últimas semanas por covid-19. En muchas ciudades se dispersa sin control el contagio comunitario y las autoridades buscan repensar estrategias sanitarias para contener al coronavirus. Cómo amenaza esta situación a Formosa.
Para tener una idea de lo que está pasando, en cuanto a fallecidos por la enfermedad, al 12 de julio el vecino país tenía 5 fallecidos, mientras que al 16 de ese mismo mes, la cifra trepó a 10 muertes. Hacia finales del mes, el 24 de julio, Paraguay acumuló 20 muertes y apenas 10 días después, el 4 de agosto, duplicó esa cifra llegando a los 40 muertos.
En tanto, en los últimos días, la situación se agravó drásticamente. El 14 de agosto las autoridades sanitarias paraguayas informaron de 80 muertos por covid-19 y ya al 20 de agosto, la cifra se fue más arriba, con 153 fallecidos, en una fuerte suba de la curva de fatalidades en el vecino país.
CASOS POSITIVOS
En tanto, en la detección de casos también el estatus sanitario de Paraguay sigue en declive. De marzo a junio, se diagnosticaron 2.260 casos positivos, mientras que de julio a agosto la cifra de casos confirmados llegó a 9.557 casos. Un número que deja a Paraguay cerca de los 1.000 contagios por día.
En la comparativa de fallecimientos, en el tramo comprendido entre marzo a junio, en todo el territorio paraguayo se registraron 17 muertes, mientras que de julio a agosto se informaron 153 fallecidos.
A principios de mes, el Gobierno paraguayo había activado el “relajamiento inteligente” pero los resultados de los últimos contagios detectados y los informes sobre contagios sin nexo, obligaron a varias regiones como el Alto Paraná a dar marcha atrás con las flexibilizaciones.
RIESGO INMINENTE
La situación fronteriza de Formosa con el Paraguay, y el constante ingreso irregular de personas desde ese país al nuestro por distintos pasos clandestinos pone en alto riesgo sanitario a toda la provincia.
La situación de sequía también aportó agravamiento a la situación ya que en varios tramos, el límite internacional que marca el Pilcomayo es simplemente un “hilo de agua” que cualquier persona puede pasar caminando, sin siquiera necesitar de una embarcación o puente precario.
El Gobierno provincial dejó en manos de las fuerzas federales como Gendarmería y Prefectura el cuidado del límite dado que se trata de una frontera internacional y abocó su fuerza policial al cuidado del ingreso de camiones, fronteras interprovinciales y seguridad interna, aunque el tamaño de la amenaza es muy importante y el riesgo de una “filtración” del virus por alguno de las miles de posibilidades es una amenaza diaria.
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