El puente Mansilla-Eva Perón, sobre el Bermejo, sigue siendo el «paredón» con el que chocan las ilusiones y esperanzas de muchos formoseños que emprenden su regreso a la provincia. En la mayoría de los casos, «la vuelta a casa» son por cuestiones laborales: quedaron son trabajo en los lejanos lugares donde fueron a buscar «mejor futuro». Otros, son por salud.
Uno de esos casos es el de Lucas Solís: «Eramos seis personas en el puente; tres en un auto con una persona mayor con problemas de salud que no le dejaban ingresar. Luego pudieron porque era cuestión de salud y además eran de Legislatura» contó a el muchacho que está regresando desde Neuquén y difundió la documentación que respalda sus dichos.
«Ahora somos tres los varados: una pareja que vino a dedo desde la provincia de Santa fe y no tienen donde quedarse: son de Pirané» acotó. «Yo vine porque me quedé sin trabajo y la empresa me trajo con camioneta y me dejo acá porque no pudimos ingresar aunque teníamos el hisopado negativo los 4 ocupantes» explicó.
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