EL MENSAJE EN CHANGE.ORG
«Imaginate ser padre/madre. Que tengas la fortuna de tener no uno sino varios hijos. Y un día, por esas cosas del destino, uno de ellos enferme de cáncer.
Que el tratamiento no lo tengas en tu provincia. Que lo tengas en otra y te veas en la obligación de tener que viajar, junto con tu hija enferma, para emprender esta lucha. Y eso te cueste, tener que dejar a tus otros hijos en tu provincia natal, al cuidado de otras personas.
Que en medio de esta larga y ardua lucha, se te pasen dos años. Que sobre el final de esta lucha, se largue una pandemia y te complique todo aún más, y encima, ni siquiera tu hija haya podido salvarse. Murió.
Imaginate que ni siquiera la podés velar. No la podés despedir. Porque el protocolo de la pandemia, así lo impide. Porque para colmo de males, tu hija se contagió el virus, y si bien no murió del mismo, no podés darle siquiera una despedida como quisieras.
Tu hija murió a causa de una enfermedad, que día a día, y órgano tras órgano, la hizo irse apagando de a poco, hasta que tuviste que verla irse. Todo lo que hiciste, todo lo que luchaste, al final, no sirvió de nada. La leucemia la consumió y te la arrebató de tu vida para siempre.
Imaginate que después de este infinito dolor, quedes en un estado de devastación total. Que tengas que juntar tus pedazos, y lo único que puedas hacer, es volver. Con tus otros hijos. Que te esperan. Te extrañan y te necesitan.
Que perdieron a su hermana mayor, y ahora, tampoco tienen a su Mamá. Y su otro Papá, tampoco está para contenerlos tampoco.
Imaginate que quieras volver…pero que no te dejen. Que expliques una y otra vez que estás sana, que te hiciste el examen que comprueba que no tenes ningún virus, y que no representás ninguna amenaza sanitaria. Que ni siquiera un gasto, porque tu transporte, te lo cubre la obra social. Y tampoco es público. Es un auto que te paga tu obra social. Asi que ni siquiera hay riesgos en el transporte.
Imaginate que expliques y expliques, pero que nadie te oiga. Que por encima del inmenso dolor que sentís; todos los oídos son sordos. Que te manden a una página web, a una lista de espera cualquiera… como un mero NN. Mientras tus hijos, siguen esperando a cientos de km para que vuelvas. Mientras vos, estás cada vez con más desesperación y asfixiándote por no saber que más hacer.
Ésta es la realidad de Rosana Avalos. Yo la conozco. Es la Mamá de Mili. Que un día se enfermó de Leucemia, y luchó hasta que su cuerpo dijo basta. Y la conocí en una sala, cuando la veía al lado de su hija, dormir por las noches en una silla sentada. Por esas casualidades, su hija y mi esposa, se conocieron en esa clínica. Hoy mi esposa está acá. Salió adelante. Su hija no.
Y todo lo que quiere, es volver a su casa.
Ayudame a pedirle al Gobernador de Formosa Gildo Insfrán que autorice su regreso. Con muy poco, podés ayudar a aliviar el dolor de una madre y permitir el reencuentro con unos hijos, que además de necesitar a su mamá, lloran la muerte de su hermana.
