Por las redes circulan varias versiones del motivo de la detención del abogado Gerardo Cacace Fretes. NF publicó la versión del letrado. Aquí, la otra campana.
De fuentes oficiales, pudimos reconstruir lo que ocurrió esta mañana cuando un móvil policial llegó al domicilio de Castañeda 150, solicitado al 911.
Allí se encontraban: Catalina Gauna (42 años, del barrio Incone) y María Jimena Cabaña (34 años). Entre ambas existe un conflicto por un alquiler en el domicio del barrio San Miguel. En ese momento aparece en escena «el abogado de la señora Cabaña», quien se negó a identificarse y exhibir la matrícula.
Según fuentes policiales, el profesional del derecho comenzó a reclamarle con vehemencia que (los agentes del órden) «están infringiendo la Ley. Tienen que hacer lo que corresponde, tienen que llevar presa a esta señora porque está cometiendo un hecho de usurpación y daño».
Seguidamente los uniformados realizaron un acta, junto a la Policía Científica, y las partes se trasladaron hasta la Comisaría Tercera.Allí, la señora Gauna radicó una exposición dejando constancia «por el cambio de cerradura que ejerció, exhibiendo el título de propiedad del inmueble».
En tanto, señora CABAÑA se hizo presente junto a su abogado: Gerardo Daniel Cacace (47 años, del barrio San Miguel) para radicar «una denuncia por daño y usurpación».
Dentro de la comisaría, Cacace comenzó a cuestionar el procedimiento de los policías «a viva voz, alterando el orden y exigiendo a los funcionarios policiales que debían detener de inmediato a la Catalina Gauna».
Los uniformados consideraron que el letrado «trató de imponer la concreción de actos fuera de lo formal, en beneficio de la diligencia para la que fue contratado». A posteriori, «se le explicó el procedimiento» y que trate de tranquilizarse.
Cacace Frete, descontrolado, ingresó a la oficina del jefe de la Seccional «donde continuó con su postura, a modo de insultos». Entonces, el jefe policial le informó que le labrarían un acta contravencional por «por alterar el orden del lugar y por negarse a ser identificado». Ante esta situación, Cacace Frete se ofusca y comienza a proferir insultos: «qué se creen ustedes para iniciarme una causa, que nunca existió ese delito. Yo no voy a firmar nada, soy inocente en todo lo que ustedes me quieren imputar».
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Tras este acto descontrolado dentro de la sede policial, Cacace Frete intentó retirarse del lugar «sin ser notificado». Por eso, «al intentar eludir el accionar de la justicia, se procedió hacer cesar la falta procediendo a la detención del causante con uso de la fuerza pública en la medida de lo necesario».
Unas tres más tarde, el imputado Cacace fue notificado de su situación legal y recuperó la libertad «supeditado a ulterior resolución de la causa».