El gildismo se prepara: Cacho quiere desplazar a Darío del HCD

A menos de  40 días para el juramento de los concejales electos en la ciudad, la disputa por la presidencia del cuerpo centra toda la atención política provincial. El FdV se prepara para recuperar la presidencia del Concejo Deliberante. Se trata de un lugar clave, cuyo desenlace puede determinar el rumbo de los acontecimientos institucionales de Formosa, con miras a 2023, inicialmente. EL JOFREÍSMO DEFENDERÁ A DARÍO DI MARTINO, EL ROL DE LA OPOSICIÓN, CON SUS VOTOS SERÁ CLAVE PARA INCLINAR LA BALANZA.

Darío Di Martino y Cacho Garcia separados por «la mesa de la discordia»: la Presidencia del Concejo Deliberante capitalino estará en juego el 10 d e diciembre.

“Quien gana, gobierna; y quien pierde, ayuda”, planteó Hugo “Cacho” García, 24 horas después de las elecciones provinciales desarrolladas el domingo 16 de junio, donde resultó electo concejal, en representación del Frente de la Victoria (FdV).

La postura del caudillo capitalino, resumió el mayoritario apoyo obtenido del electorado de la ciudad de Formosa, y constituyó, principalmente, un adelanto de cómo será la puja de poder en el Concejo Deliberante que viene, en pocas semanas.

“Hicimos un trabajo a conciencia, y destinamos nuestros recursos a lograr que la gente tenga una mejor calidad de vida; hicimos un trabajo con la gente que nos permitió recuperar la confianza de un sector importante de la comunidad, con políticas relacionadas con movilizaciones institucionales de la Municipalidad hacia los barrios periféricos, con trabajos que cambiaron la fisonomía de esas urbanizaciones”, evaluó entonces el dirigente peronista.

SEIS A SEIS

Tras esas elecciones, el Concejo Deliberante capitalino quedó conformado por seis ediles del Partido Justicialista que, en partes iguales, responden al oficialismo provincial y a Valores Ciudadanos del intendente capitalino Jorge Jofrè; los seis restantes se enrolan en la Confederación Frente Amplio Formoseño, por lo cual la conducción del cuerpo legislativo comunal debería seguir en manos del PJ. Ahí podría surgir la gran disputa que establecería un quiebre definitivo en el futuro institucional inmediato de la provincia.

La puja que se espera es entre la continuidad de Darío Di Martino, un incondicional del intendente municipal, y el retorno de García, del riñón gildista.

Desde el sector del FDV aseguran con firmeza que «de acuerdo con las normas y el criterio frecuentado, a Cacho le correspondería la presidencia del Concejo, aunque seguramente deberá consensuar con algunos sectores para asegurarse el lugar». y Acotan que “no puedo hacer una manifestación de imposición de criterios, ni mucho menos. Uno de los principios del PJ remarca que ‘quien gana, gobierna; y quien pierde, ayuda’, había dicho hace casi cinco meses.

En 2015, el propio García sufrió un revés electoral que lo llevó a ceder la conducción del cuerpo que venía ejerciendo, siendo reemplazado por Di Martino, amplio vencedor en la contienda que ese año instaló a Jofrè en la Intendencia y dejó fuera de la carrera política a Fernando De Vido, luego de tres períodos consecutivos al frente de la comuna capitalina.

Para muchos observadores, el retorno de García a la presidencia, doblegaría el principal bastión institucional que aún mantiene Jofrè, relegando una parte significativa de su poderío con miras a la supuesta pretensión que mantiene el intendente para disputarle la gobernación a Gildo Insfran, en 2023.

Ambos espacios están bajo el mismo paraguas protector, pero la puja existente debajo de Gildo es la puerta de entrada a un mundo de poder extraordinario y anhelado. Es el objetivo de la dirigencia peronista en un momento de bonanza institucional, tras las elecciones provinciales de junio, y nacionales de octubre.

“Cacho” es un conocido hombre de diálogo y de negociaciones políticas, argumentan sus allegados que comprende claramente la importancia de su rol en este tiempo, pero, sobre todo, coinciden en que «está convencido de los tremendos efectos del escenario que está en disputa, por lo cual sólo debe esperarse una durísima pugna por espacios de poder, más allá del respaldo legal y también del electoral».

 

Salir de la versión móvil