El jefe comunal, que llegó con un importante caudal de votos en las elecciones de octubre del 2015, reiteró que buscará la reelección como intendente. Hoy, 11 de abril, tiene las mayores chances de ganar; pero el reacomodamiento de la interna del PJ capitalino y la actual paridad en el Concejo Deliberante lo tienen nervioso al ex ministro de Planificación y otrora titular de Vialidad provincial.
El ingeniero cumplirá 64 años el 30 de diciembre. Sabe que sus aspiraciones a ser gobernador de Formosa se esfuman porque «mientras está Gildo, solo queda encolumnarse». De ser triunfador el 16 de junio, terminará su mandato con «casi 68 años» y una nueva generación de políticos «en la gatera» en el irremediable proceso de sucesión del poder en el peronismo local.
POSGILDISMO
Pero más allá de las proyecciones, la realidad de estos días en el oficialismo es un tablero de ajedrez donde varios pretenden hacerle jaque mate al intendente. Los «gildistas puros» que integran el «círculo azul» (como los techos de las obras de gobierno) tiene la cabeza en la sucesión.
En el 2015 Jofré obtuvo 57.235 votos (42%), Buryaile 42.523 (23%) y Nando De Vido 22%. Para concejales, el PJ obtuvo 87.742 sufragios; y la UCR 42.504 adhesiones. El peronismo dobló en votos a la oposición.
Posicionarse en estas elecciones es clave para varios «pesos pesados» del círculo cercano al gobernador. Y uno de los objetivos es «ver caer» a J.J. (Jorge Jofré). Por eso muchos festejaron el alejamiento de Adrián Bogado y Gaby Neme «quienes acompañaron en el 2015» al actual intendente. Más celebraron cuando «el jefe» le dió el OK a Hugo Arrúa (otro que le sacó la mano a Jofré) para que arme un sublema propio con aspiraciones de sucederlo. «Le están bajando soldados, y no son los únicos» cuentan en un bunker de la calle Paraguay.
Los «compañeros» del Frente Para La Victoria, que se muestran sonrientes y con los dedos en V en las fotos y las selfies, son enemigos silenciosos. Y Jorge lo sabe. Teme que «armen» un gran sublema con la intención de «derrocarlo», pero si no lo logran: «Gildo dirá que ganó por los sublemas satélites que le armaron para evitar el triunfo de (Fabián) Olivera». La desconfianza es mutua.
EL CONCEJO DE LA DISCORDIA
Otro dilema de JJ. Actualmente, la composición está empatada: seis ediles del PJ y seis opositores (cinco radicales y Gabriela Neme). Pero a fin de año finalizan mandato cuatro parlamentarios peronistas (Darío Di Martino, Cacho García, la intrascedente Viviana Martínez y Luis Ferreira); mientras que por el lado de Cambiemos cumplen sus cuatro años Juan Carlos Amarilla y Rubén Rodríguez.
Para que la paridad continúa 6 a 6, el gildismo deberá repetir el resultado electoral del 2015 cuando el huracán Jofré arrasó en las urnas sumando los votos del entonces intendente Nando De Vido (salió tercero detrás de Ricardo Buryaile). Allá por octubre del aquel año, Cristina era presidente y ni por asomo se pensaba en la posibilidad de Macri presidente.
Hoy, la realidad es distinta. Aunque sobre sus espaldas tiene una aceptable gestión de gobierno, a Jofré le pesa el desgaste lógico del ejercicio y responsabilidad del gobierno comunal «con poca plata» comparada con lo que recibía De Vido y sin el dinero que venía de Nación para obras en la ciudad.
Un posible empate técnico o poca diferencia entre el sublema ganador y el perdedor en las elecciones del día del Padre, le dejarán a Jofré una derrota: la nueva conformación del Honorable Concejo Deliberante sería con siete opositores y cinco oficialistas, dejando abierta la posibilidad de perder la presidencia del cuerpo que maneja el 20 por ciento de la coparticipación municipal. En ese caso nos deberíamos a acostumbrarnos a una verdadera sucesión de conflicto políticos que convertirían al Concejo en un serie de Netflix.
Pero más allá de las matemáticas, esto es política y las variables cambian a cada momento. Analizar fríos resultados de dos o cuatro años atrás solo sirven de referencia. Las realidades cambian día por día. Una lluvia torrencial un día antes de las elecciones modifica ánimos y votos.
