Algunas claves para entender el caso Manuela Barreto

El “intrusismo médico” es una actividad fraudulenta y riesgosa. En Argentina falta una Ley de Especialidades Médicas, que delimite las incumbencias de los expertos. La cirugía estética está en el podio del problema. Para entenderlo, el intrusismo médico es el ejercicio fraudulento de una especialidad sin la experiencia, acreditación y certificación necesaria.

Argentina no tiene una ley específica. Este vacío legal es aprovechado por muchos esteticistas que, transgrediendo peligrosamente una frontera, se sumergen en el mundo médico bajo el eufemismo de que son “tratamientos estéticos”, pero lo cierto es que una vez que de cualquier manera y con cualquier sustancia, atravesaron la piel del cliente, estarían incurriendo en el ejercicio ilegal de la medicina.

Así las cosas, no se trata de un tratamiento cosmético o estético si ha atravesado la piel de alguna manera. Es porque la piel es la barrera de defensa por excelencia del organismo y una vez atravesado este límite, cualquier sustancia ajena al cuerpo puede provocar complicaciones como infecciones, reacciones alérgicas, taponamientos de venas, etc.

INTRUSOS

Al no estar legislado el ejercicio profesional, el intrusismo no puede ser definido como un delito hasta que no se cometa un daño, pero no deja de entrañar un peligro o inseguridad para quien se pone en manos de un profesional que no cumple con los criterios mínimos para ejercer una especialidad, en estos tiempos.

A la hora de «intrusar» una disciplina médica, la cirugía estética está en el podio de las especialidades intrusadas. Son diferentes los grados de intrusismo en la especialidad, desde el uso de tecnología médica por particulares sin supervisión médica, pasando por procedimientos mini-invasivos, hasta cirugías estéticas realizadas por médicos sin la acreditación necesaria.

Los pacientes acuden a estas consultas seducidos por publicidad engañosa, promesas de resultados mágicos, inmediatos, sin riesgos y a bajo costo.
Es muy importante recalcar, que un cirujano plástico certificado ha tenido que pasar años en programas de entrenamiento antes de alcanzar la acreditación como especialista. Eso, sumado a la continua actualización hacen que los costos sean siempre mayores a los que un médico intrusista ofrezca. Por eso también es necesario que los eventuales pacientes que sospechen de tratamientos de costo muy bajo y que ofrecen resultados sorprendentes sin informar de posibles riesgos o complicaciones, estén alertas.

INFORMARSE

Es muy importante informar a la población sobre los riesgos de ponerse en manos inescrupulosas y no entrenadas, a la hora de decidir por un tratamiento estético. Las complicaciones de procedimientos que deberían ser seguros son muy frecuentes y las secuelas que dejan suelen ser difíciles de reparar.

En los principios de la estética, por ejemplo, el bótox, la toxina botulínica, se usaba para mejorar o corregir el estrabismo y parálisis espásticas. Alguien se dio cuenta de que podía ampliarse su utilización y derivó este uso clínico hacia uno más estético, y así comenzó a generalizarse el uso de bótox en el rostro. Algo parecido ocurrió con el ácido hialurónico, en origen de uso intrarticular para mejorar procesos artrósicos y hoy generalizado también en tratamientos del rostro, pero todo esto, por especialistas médicos, no de otra rama, como la cosmética o estética.

VIDEO: EXPLICACIONES DEL CIRUJANO PLÁSTICO MIGUEL CAVALLO.

Como parte de la Medicina, la especialidad médica de la estética ha de ser practicada por médicos especialistas. Es decir, por médicos que han recibido la formación pertinente, tanto teórica, como práctica; se han adiestrado en las diferentes técnicas y tienen el título acreditativo que avala su función profesional.
Esto es importante porque los tratamientos de estética requieren del aprendizaje de unas técnicas concretas, complejas y precisas, así como de un entrenamiento en su uso. No es algo que pueda, ni deba, hacer cualquiera. Hay que estar formado y adiestrado, además de acreditado.

PARA TENER EN CUENTA

Si la piel tiene un problema de salud, esto pertenece al ámbito de la Dermatología. Si requiere de una intervención quirúrgica, estamos hablando de Cirugía Estética. Sin embargo, existe una laguna legal en cuanto a la aplicación de tratamientos estéticos.

Por ejemplo, un médico especialista en otra área puede poner una inyección, por lo que no sería ilegal que pinchen bótox. Pero que lo puedan hacer no significa que estén capacitados para un tratamiento específico que pertenece al área concreta de la Medicina Estética. Que sea legal no quiere decir que sea ético. Y eso hablando de personal sanitario, el mejor de los casos. Porque existen centros y profesionales de otros ámbitos que ofertan en su catálogo de tratamientos, muchos para los que no están preparados para aplicar con garantía de seguridad y resultados.

ESCRITO QUE HACÍAN FIRMAR A PACIENTES DE UNA CONOCIDA ESTETICISTA


¿Cuáles son los tratamientos estéticos que debe realizar solo un médico especialista? Las técnicas de Medicina Estética avanzan constantemente por lo que es preciso actualizarse de manera continua, entonces los tratamientos de todo el espectro de la Medicina Estética necesitan que sean aplicados sólo por un médico especializado. Esto hablando de todos aquellos tratamientos encaminados a minimizar las arrugas, la flacidez del rostro, subsanar la falta de tersura, una hidratación deficitaria… Conllevan el uso de productos y técnicas concretas, que avanzan con gran rapidez y el médico tiene que actualizarse.

CUALES SON LOS MÁS COMUNES

Tratamientos y técnicas de la Medicina Estética: Entre los tratamientos y técnicas de Medicina Estética más extendidos destacan los siguientes. Todos ellos deben ser realizados por un médico especialista y en un centro reconocido y homologado por la autoridad sanitaria correspondiente.

 

VIDEO: HABLA EL ESPOSO Y LAS AMIGAS DE MANUELA BARRETO

1. Bótox o toxina botulínica: que se inyecta en los músculos de la cara para relajarlos y atenuar las arrugas provocadas por la contracción de dichos músculos.

2. Rellenos: inyección de diferentes materiales (ácido hialurónico, colágeno, ácido poliláctico…) con el fin de restaurar volúmenes perdidos.
3. Vitaminas y PRP (plasma rico en plaquetas): infiltraciones del producto en cuestión mediante técnicas de mesoterapia facial, es decir, inyecciones múltiples muy superficiales en la zona concreta a tratar.
4. Mini-hilos faciales y corporales: depósito de mini-hilos de polidioxanona (PDO) en el tejido facial o corporal con el fin de tensar y buscar un efecto lifting.
5. Peelings médicos: uso de distintas sustancias con el fin de descamar la piel para mejorar su aspecto y salud.

 

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