Escribe: Egidio González (abogado)
Así como los varones disfrutamos de las relaciones sexuales, lo mismo les ocurre a las mujeres, y no siempre que lo hacemos estaremos buscando engendrar hijos, de modo que no podemos ser tan extremos y exigir que sean madres quienes no quieran serlo – cualquiera sea el motivo que las movilice – tienen derecho a elegir cuándo, con quien y la cantidad de hijos que deseen tener, derecho que también lo tenemos los hombres.
Este debate público, sobre todo en redes sociales, que se da sobre la legalización del aborto en nuestro país, donde hay posiciones extremas al punto de considerar homicida a quien interrumpe voluntariamente su embarazo, son los que plantean la ligera disyuntiva de «aborto si o aborto no».
Convencido estoy de que no se busca promover el aborto, sino de despenalizar a la víctima, proteger su vida y terminar con el gran negocio de la práctica clandestina.
Observo que muchos- legisladores incluidos – que se dicen liberales o son parte de un gobierno liberal, pretenden sostener legislaciones restrictivas sin detenerse a escuchar a las mujeres que son las principales protagonistas en los embarazos no programados o no deseados que lleva riesgo de vida y salud.
Convencido estoy de que no se busca promover el aborto, sino de despenalizar a la víctima, proteger su vida y terminar con el gran negocio de la práctica clandestina.
Es necesario terminar con el pensamiento superficial de que estamos frente a un accionar de fácil decisión en aquellas personas que toman este camino, una mujer que decide terminar con su embarazo lo hace muchas veces contraviniendo el deseo de su entorno más íntimo y hasta de su propia creencia religiosa, la diferencia es que al hacerlo en la clandestinidad – por la existencia de leyes prohibitivas -, sobre todo las de escasos recursos económicos, no haremos otra cosa que seguir sumando más muertes de mujeres a nuestra lamentable estadística.