Por Luis Naidenoff / Publicado en INFOBAE
En los últimos días realicé diversas declaraciones políticas en mi carácter de senador nacional de la provincia de Formosa a raíz del hallazgo por parte de Gendarmería Nacional de 2.500 kilos de marihuana en la localidad de Laguna Naineck.
Específicamente, declaré en medios periodísticos que en Formosa se dan las condiciones de un narcoestado, definición que hace referencia a aquellos estados en donde las instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera importante por el narcotráfico, y donde hay dirigentes y funcionarios públicos vinculados con casos de tráfico de drogas, amparados por sus potestades legales.
Sobran antecedentes que fundamentan estas declaraciones. Para citar algunos casos, en el 2011, un concejal del Frente para la Victoria (FPV) fue arrestado con 700 kilos de cocaína; en el 2012, hallaron 2 kilos de cocaína en la camioneta de una concejal del FPV; en el 2014, la Justicia federal arrestó al comisario al frente de la Dirección General de Drogas Peligrosas de Formosa, acusado de proteger a una banda de narcotraficantes y, en febrero de este año, hallaron 50 kilos de cocaína en una camioneta perteneciente a la Dirección de Compras y Suministros del Ministerio de Economía de Formosa, que era conducida por un funcionario del Ministerio.
Quiero ratificar cada una de las afirmaciones que he efectuado. No voy a hacer silencio ante la descalificación y las amenazas. En la lucha contra el narcotráfico no hay términos medios: o se combate con todas las herramientas posibles o se es cómplice del flagelo que golpea fuertemente a la sociedad, destruye familias y vidas.
Ante el avance de la droga, todos los argentinos, y especialmente quienes ocupamos cargos de representación, tenemos que asumir el desafío de dar la lucha y comprometernos plenamente con la defensa de la vida.