El rol de la militancia

Escribe: Elio Albarenga

En los últimos meses en muchos lugares del país, se han producido cambios en la sociedad como así también en toda la estructura política y económica de las organizaciones sociales. Por ende, se ve también que han impactado en la constitución de estas prácticas militantes.

Muchos de estos sectores aducen que la consolidación del neoliberalismo de los noventa transformó el bienestar social que habían iniciado Néstor y Cristina Kirchner por lo que se empieza a desmantelar el espacio laboral, que desde el gobierno nacional de turno indican que estos son lugares superpoblados por la militancia y que nunca trabajaron.

Este escenario, de despidos, tarifazos y baja en el consumo interno, generó que la “militancia organizada del justicialismo” plante las bases territoriales de supervivencia bajo una sóla bandera, la del Peronismo.

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Pero no sólo aparece la unión del peronismo, que hoy a nivel nacional todavía se ve con muchas fisuras en busca de una conducción, que según dicen los analistas políticos, podría ser Cristina Fernández o Sergio Massa; tal es así que hoy también la UCR-PRO (Cambiemos) convierte al barrio en un sitio privilegiado para la construcción política.

Ahora bien, en este escenario, desde el peronismo emerge una estrategia política tendiente, primero a la unión del del mismo, es por eso que en varias oportunidades escuchamos al gobernador Insfrán hablar en los operativos solidarios de la unión de esta fuerza y de que la militancia debe estar en el territorio para recuperar los vínculos con los sectores populares.

Entonces se ve una militancia que contiene demandas cara a cara con el pueblo, y paralelamente desde ambos frentes, PJ-UCR/PRO, reactivan las estructuras para contener esa demanda militante, esto se ve más en el peronismo que ya tiene una tradición de militancia territorial y que desde la vereda de en frente se obra por imitación.

La historia del peronismo indica que el barrio en un espacio privilegiado para la construcción política y de las clases populares, “por eso es fundamental para el bienestar social construir desde allí; el territorio es para generar conciencia de lucha para cambiar la situación en que están viviendo”. En cambio, en época de campaña el oficialismo nacional, en gran parte, vió como un medio de interacción con la ciudadanía, “el medio de comunicación” y no necesariamente la militancia, a pesar de que hoy día se ve como desde la oposición local militan en el territorio políticas públicas del Estado.

En este escenario es entonces donde la militancia peronista se organiza para pelear los derechos del “pueblo”, es así que aparecen actividades como talleres infantiles, asesoramientos jurídicos gratuitos, capacitaciones en oficio, charlas sobre adicciones y más, entonces ahí vemos que sucede lo que pide habitualmente Insfrán a sus funcionarios, “militen, salgan de las oficinas”.

No estamos como en el 2001, pero muchos advierten de que se están aplicando políticas similares a la de esa época, pero desde el gobierno nacional, dicen que las políticas que se están aplicando son parte de lo que dejó una década de “corrupción” y que necesariamente hay que hacerlas.

Al margen, el próximo año habrá elecciones, las estrategias se van tejiendo, las alianzas y rupturas se ven diariamente, las peleas por las “cajas” también, el pueblo como espectador de esa obra de teatro, y la militancia ante una oportunidad de poder trazar una relación entre participación ciudadana y política, y que el bienestar sea verdaderamente del pueblo y no de unos tantos.

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