Inseguridad y drogas, un problema de todos o complicidad del estado?

zapatillas colgadas

POR: El Poli CÍA

Bienvenida las charlas, capacitaciones, estadísticas y demás eventos y/o campañas de prevención y concientización sobre el consumo de sustancias prohibidas y los constantes procedimientos que realiza nuestra querida y mal paga policía provincial, para combatir el delito.

Entre los José López, Lázaro Báez, la Unión, el boleto estudiantil y los caprichos entre funcionarios G contra funcionarios, “locales”, M; los casos de inseguridad y abuso de drogas crecen cada vez más en nuestra provincia.

Hace unos días se publicaban unas estadísticas con respecto al consumo de drogas en nuestra provincia e indicaban que en la provincia de Formosa “se observan niveles de consumo inferiores a la media regional y nacional en lo referente a todas las drogas ilícitas” (Marihuana; cocaína; etc.).

Pero lo real se siente en la calle en el día a día, cuando un sábado por la mañana salís muy temprano a trabajar y ves como en las veredas de barrios cercanos a boliches, la ingesta de alcohol es abundante, ante la mirada desviada de patrulleros policiales, “a esa hora ya entregamos la guardia y ni da para proceder”, comentaba un oficial de la policía.

También en estas zonas, los hechos de inseguridad se agudizan los fines de semana generalmente al atardecer después del “futbol, en el tercer tiempo”, pero los pibes ya están dados vuelta, antes por lo menos nos respetaban”, dice un sub oficial con 20 años de antigüedad en la fuerza de seguridad; “ahora con la mezcla de drogas y alcohol, los jóvenes ya no tienen miedo a nada”.

Entre el debate de que si hay paco o no, entre que un especialista me dice que el problema está en la casa, entre que la policía dice que no alcanza el personal y que ellos hacen lo imposible para erradicar los casos de inseguridad, los pibes se matan entre ellos, y la droga se mete cada vez más en nuestros hogares, sin distinción de clase social.

Que falta para que esto cambie?, nos preguntamos, si del estado me dicen que hacen cursos, talleres, campañas de prevención y capacitaciones a personal policial, ere, erea; la realidad, dice un ex adicto en recuperación es: un centro de rehabilitación como corresponde, con médicos clínicos, psiquiatras, psicólogos, operadores sociales terapéuticos, modalidades como ser internación, hospital de día, ambulatorio y además de un tratamiento paralelo a la familia del adicto también, entre otras cosas. Y con la policía que hacemos, grita desde el fondo una señora que para la oreja, y a la policía le aumentamos el sueldo, les dotamos de herramientas para combatir la inseguridad, paralelamente a la permanente formación profesional y ciudadana que deben tener; “pero si los de investigaciones siempre yo los veía comiendo asado en la casa de Las Heras”, interrumpe nuevamente la señora.

Entonces, hay que cambiar las políticas de estado, y preocuparse verdaderamente en que las drogas y los hechos delictivos crecen día a día en nuestra Formosa Hermosa, pero mientras no se palpe en carne propia de que estos flagelos duelen a la sociedad, seguramente vamos a seguir teniendo “Dealers” vendiendo rifas en oficinas públicas y policías cómplices de la muerte lenta de nuestros hijos , por consecuencia de las drogas, las drogas y la inseguridad matan pero la indiferencia del estado, mata también.

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