El hecho trascendió hoy, pero ocurrió en la madrugada del martes. La víctima, luego de realizar la denuncia, y tras la detención del imputado, decidió abandonar esta ciudad y regresar a su casa familiar.
Alrededor de las 2 de la tarde, logró escapar del cautiverio e ir junto a otra persona hasta la Seccional Primera para exponer el hecho. La pareja de la muchacha fue detenido a la noche acusado del delito de «lesiones, amenazas y privación ilegítima de la libertad en ocasión de violencia de género (Ley 26487)».
El juez de Instrucción y Correccional Nº 4, Héctor Ricardo Shur, le otorgó la excarcelación y le prohibió acercarse a la víctima, pero esta manaña el agresor volvió a llegar a encontrarse con mujer en el negocio del que son socios comerciales. Se realizó la denuncia, y volvió a la cárcel.
Los golpes propinados a la joven fueron, según el escrito rubricado en sede policial, primero con golpes de puño y «luego, con un caño metálico utilizado habitualmente como escobillón» en las extremidades, la espalda y el rostro. Resta saber si también sufrió golpes internos.
Según consta en la denuncia policial, la discusión se inició porque la muchacha «revisó el celular» de su compañero y «socio en un kiosco que tienen en la zona céntrica», provocando la reacción verbal de la chica y física del empleado judicial de 30 años de edad.
Un poco más tranquilo, la pareja de la mujer la obligó a tomar cinco pastillas antiinflamatorias y calmantes. Le decía que «debía reducir la inflamación porque así no podía ir a trabajar».
El suceso comenzó a convertirse en viral en las redes sociales donde las voces de repudio se multiplican.