Gildo hizo campaña desde su despacho y dejó correr la interna (hasta el lunes)

Finalizada la campaña electoral, Gildo Insfrán condujo la campaña más tiempo desde su despacho que desde los atriles de actos partidarios. Su participación en esta contienda electoral fue mínima comparada a elecciones anteriores.

gildo brignole
CON BRÍGNOLE / Para su último acto de campaña, Gildo eligió El Colorado. una ciudad donde no hay «internas».

Dedicó poco espacio a fustigar a los medios que lo critican; dejó que la “interna” del peronismo capitalino camine sola y aguarda confiado en cumplir otra meta: avanzar en otro período para y elevar el record de ser el gobernador con más años al frente del Poder Ejecutivo de una provincia argentina.

Los objetivos de Insfrán son claros: quiere que su partido reedite los resultados del 2011 para mantener las tres bancas de diputados nacionales que renueva el PJ y que los medios porteños –el lunes- reflejen solamente resultados contundentes para demostrar que “es el dueño de los votos en una provincia más gildista que peronista”.

Se ocupó de que la puja De Vido – Jofré no llegue a cruces violentos y espera que el domingo durante los comicios y/o el escrutinio no suceda nada extraño que llame la atención de las cámaras que miran desde Buenos Aires.

Una urna tirada con votos desparramados por una “sangría interna” puede ser una imagen buscada por medios nacionales para «ensuciar el resultado» y que tire por tierra el calmo proselitismo que se reflejó en estas semanas previas al arribo de las urnas que definen cuatro años de mandato.

Quizás por ello, el acto del 17 de Octubre y “el cierre” de campaña lo trasladó al interior. Se cuidó de no “levantar la mano” a ningún candidato a intendente de la ciudad. El lunes, en su despacho, con los resultados en la mano sabrá obtener la radiografía más delicada para saber cómo funcionó el andamiaje electoral de cada uno de los sectores “fuertes” que componen el gildismo.

Los premios y castigos se irán administrando progresivamente con el paso de las semanas. Tiempista como pocos, y con el poder en sus manos, se otorgó el lujo de “hacer una campaña de taquito” cuando todos esperaban que se ponga “la mochila al hombro”.

En el último minuto. Al cierre definitivo de la actividad pre elecciones, el quíntuple gobernador se mostró rodeado de pastores evangélicos (foto), lejos, muy lejos de una foto bendiciendo a algún candidato entre tantos sublemas.

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