El grupo de mujeres, muchas de ellas con niños pequeños en los brazos, que en las últimas horas cortó una ruta en reclamo de la adjudicación de viviendas que hace más de 15 años esperan ser adjudicadas, volvió a mostrar hoy su desesperación por una casa, recorriendo calles de Pirané.
Se trata de unas 30 personas que expresan su descontento, agobio e irritación interrumpiendo circunstancialmente el tránsito, munidas de pasacalles con leyendas alusivas a lo que le exigen a las autoridades locales y provinciales. En medio de la movida, lidian con policías que intentan desalojarlas de las calles, apelando a recursos básicos como la desmoralización, para lo cual le sustraen los carteles o apagan las fogatas que prendieron en los alrededores.
“Reclamamos la entrega de viviendas que hace 16 años están terminadas. Se restauraron en tres oportunidades. Hoy no tienen puertas ni ventanas, todas las aberturas volvieron a ser sustraídas. Lo mismo ocurrió con las griferías y los elementos del baño, como inodoros y piletas”, describió una mujer, mientras su pequeño, de no más de 15 meses no paraba de llorar.
“En el lugar de juntan chicos a drogarse y también conocidos abusadores sexuales del medio. Prácticamente el monte se tragó a las viviendas”, amplió.
Mientras en esa ciudad como el resto de la provincia y el país, la clase dirigencial y la mayoría de los legisladores y funcionarios solo tienen ojos para las elecciones del domingo, la cotidianeidad y el compromiso con la cosa pública parecen estar en condiciones de esperar un poco más, total seguramente sus problemas no son tan pequeños como los de este grupo, por lo que bien puede esperar un par de semanas más.