Es una sutil manera de incidir en la decisión comunal y de los concejales que debaten quién se queda con el negocio de varias lineas de colectivos urbanos.
El año entrante, la empresa cumple diez años de la primer concesión, por lo que deberá volver a ponerse a consideración de una futura licitación de lineas.
Los coches nuevos fueron «una inyección de confianza» para inclinar la balanza a su favor en el resultado de la licitación.