La resistencia al cambio del electorado de Formosa

Cada vez que se acercan campañas electorales, surge en las callecitas de Formosa la arraigada muletilla que asegura: “otra vez va a ganar Gildo”. Este resultado descontado por los votantes de esta tierra, sumada a la planificada estrategia de «marketing de continuidad” en la gestión del mandatario, complican cualquier intento de los opositores locales.

La cintura política de Insfrán se mantiene inalterable con el paso de los años. En pocos días recibió a dos presidenciables. Aquí con Urribarri
La cintura política de Insfrán se mantiene inalterable con el paso de los años. En pocos días recibió a dos presidenciables. Aquí con Urribarri

El dueño de la llave del principal despacho del vidriado edificio de la calle Belgrano al 800 desde el 10 de diciembre de 1995, a su manera –con aciertos y errores- ha demostrado saber interpretar los intereses, objetivos, gustos y desencantos de los empadronados.

Recostados en la concreción permanente de obras públicas, algunas impensadas o faraónicas, el insfranismo nunca se permitió pensar en un fin de ciclo. Siempre proyectó más allá de las finalizaciones de mandatos. Adaptó la Ley de Lemas “a gusto” para dejar libre el camino de la reelección y no admite que haya más de un candidato a gobernador por Lema. Tampoco pone en juego esa posibilidad en elecciones PASO.

En Formosa, las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias sólo alcanzar a los cargos nacionales. Mientras en que distritos vecinos también se dirimen las categorías de concejales, intendentes, senadores y gobernador.

La ingeniería electoral no deja huecos. El abanico de medios oficiales o ligados al estado es muy amplio y abarcativo. La extensa mano del estado llega a todos los estratos sociales y económicos: desde el humilde trabajador o desocupado de un barrio del interior provincial, hasta un empresario de una familia de opositores.

La pirámide de poder y crecimiento “dentro del organigrama” del gobierno local está balanceada. Para subir un escalón hay que hacer “mucho mérito”. Si el objetivo es escalar, muchas veces no importan los errores o excesos; lo que importa es sumar para el sistema o restarle a “los otros”.

Insfrán con Scioli. Antes de la llegada del bonaerense, los carteles del entrerriano desaparecieron y los pegatinas fueron color naranja

El método de premios y castigos también tiene su reglamento interno: difícilmente “se escrache” a un funcionario apartado de su cargo “por hacer macanas”. El hombre deberá irse en silencio y, casi con seguridad, tendrá un asesoría “para dejarlo tranquilo”.

PARA QUÉ CAMBIAR?

Ante este escenario, desde el radicalismo y otros partidos, se cuestiona “la utilización del aparato del estado”. Probablemente tengan toda la razón, pero al ciudadano que vive en una casilla de chapa de cartón poco le importa la institucionalidad, el fortalecimiento de la democracia y la pureza de las elecciones cuando llega a su techo una caja de mercaderías un sábado a la mañana después de una semana pobre en changas. Acaso importa el origen de “la bolsita”?. No. Es que acaban de solucionarle un problema existencial: ya tendrá que darle de comer a sus hijos. Tampoco importará si es una comida saludable o dieta balanceada. Hay una generación que se acostumbró a vivir de esta manera. Los cambios llegan cuando hay hastío, pero hoy por hoy “los hechos consumen las palabras”…

Si desde la oposición pretenden cambiar el rumbo, tendrán que construir una alternativa creíble. Es su desafío. El formoseño, bajo el mango y tereré en mango, decidirá.

Acaso este análisis es un consuelo de tontos?, es declinar convicciones ante el avasallante poder que lleva décadas comandando los sueños de los formoseños?. No, simplemente es describir la realidad. Más del 70 por ciento de los votantes se siente complacido o ha satisfecho sus expectativas.

Los que quieren cambiar estos hechos diarios deberán continuar trabajando a destajo. Al que trabaja Dios lo ayuda. Al que dignifica su labor diaria, a la larga o a la corta será recompensado. Le costará más llegar a la casa propia, a las vacaciones en familia o al cero kilómetro, pero tendrá por seguro que es esfuerzo propio y lo podrá mostrar con orgullo. Otros, “para mostrar sus logros económicos” tienen que viajar para “gastarla” sin testigos a la vista.

Así es nuestra Formosa. Linda, hermosa, bella y con muchos conflictos por resolver; pero no espere todo de los gobiernos de turno.

Si no te gusta la gente que nos gobierna, recordá que Formosa es de todos, tenemos los funcionarios que elegimos. No hay que buscar culpables en la casa del vecino.

Salir de la versión móvil