En la lista enumeraron, “los francos nacionales y provinciales, entre ellos el día de la provincialización de Formosa, el asueto por el día de San Antonio; los meses de receso administrativo, entre otros beneficios” expusieron.
También suman a la lista “una obra social, como el IASEP, que no es la mejor pero en algunos casos tiene mejor cobertura que muchas prestadoras privadas; y en cuanto a salud, muchos que cuestionan al Alta Complejidad son los primeros en llamar cuando un familiar tiene un problema grave” agregaron.
Orgullosos enumeran “los pan dulces, sidras y juguetes de Navidad y Reyes; los útiles y guardapolvos al inicio del año escolar. Las fiestas de La Corvina y del Pomelo, la televisión digital abierta (TDA) y otro tantos beneficios gratuitos que permanentemente reciben los empleados públicos provinciales y la población en general” exclamaron.
La defensa de “este modelo de provincia” surge por los cuestionamientos de espacios donde la mano del estado no puede controlar como algunos medios de prensa, las redes sociales y la opinión pública.
Empero, cual es la vara que mide la acción de gobierno que conforme a todos?. Es el gobierno –nacional, provincial o municipal- el que tiene que cubrir todas las necesidades de la población?.
O acaso con un salario más elevado los empleados públicos podrán pagar entradas para ver un show de Dadi Brieva y La Oreja de Van Gogh, construir la casa propia sin depender del IPV, comprar los juguetes que piden los hijos, el pan dulce que le gusta a la suegra, la sidra que prefiere el tío y visitar al médico de la lista de la obra social privada?.
Ríos de tinta podrán correr para analizar, opinar, coincidir y disentir sobre las políticas públicas de los gobiernos y los partidos. Pero el caso de Formosa es particular, por su gente, sus funcionarios y su idiosincrasia.
Entonces, qué prefiere la sociedad: recibir «muchas cosas de arriba, o un buen sueldo para decidir que comprar?.
A meses de las elecciones, es necesario ir debatiendo qué queremos votar, a quién votamos y porqué. Las urnas nos dan una oportunidad, la decisión es del pueblo. Si se apoya con el voto a una cara bonita o un simpático candidato que reparte plata para cerveza; a futuro no le exigamos transparencia, corrección y buenos modales.
Si votamos candidatos rodeados de expertos en marketing, luego no nos quejemos bajo la sombra del mango…. “a llorar al campito” (Pachano dixit)
La ecuación es simple. Los pueblos tienen los gobiernos que votan.
Buen fin de semana. Nos vemos en la Costanera (lleven repelente).
