Rugby: así no

Del mismo modo que tiempo atrás cuestionamos el arbitraje de un Seven organizado en Corrientes, hoy nos toca un hecho local. En medio de la excelente organización del Seven Del Reencuentro organizado por el club Aguará, siempre hay uno que rompe las reglas y se convierte en «la excepción. El distinto» que reacciona ante un golpe antireglamentario de un adversario oriundo de Corrientes. 

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La reacción surgió porque un jugador correntino le pegó una patada en la cabeza a un formoseño.

El rugby es un deporte rudo, de mucha fricción. Por lo tanto, el que lo practica debe saber de antemano de esas características y adecuar su personalidad a la práctica de esa pasión de muchos.

Un Seven, donde se encuentran universitarios que regresan a Formosa, los pibes que terminan la secundaria y se despiden jugando y los apasionados de siempre, buscan pasar un momento de reeencuentro, de diversión y sana competencia.

Los desubicados no tienen lugar, pero ellos encuentran su espacio. Una lástima. Le pusieron una mancha al torneo de rugby y hochey.

El árbitro no lo expulsó al violento que vemos en las fotos; jugó el siguiente partido. En el siguiente encuentro, otro jugador del mismo equipo intentó iniciar una trifulca con otro, pero la pelea no prosperó el juez le sacó tarjeta amarilla.

NOTA RELACIONADA: LAS FOTOS DE LO QUE NO DEBIÓ OCURRIR / ver 

 

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