Formosa, el formoseño y el gobierno de Formosa conviven bajo un mismo sol

Aunque parezca un juego de palabras, son pilares sobre los que se asienta esta tierra. Escuchar largas disertaciones sobre la provincia de Formosa es común. De ella hablan funcionarios de gobierno, opositores, formoseños que la pelean aquí, y muchos que tuvieron que buscar destino lejos de de la tierra del sol y los sofocantes calores.

los politicos

Cada cual lo analiza con su visión, pero todos tienen una mirada distinta.

Porqué? Básicamente las fundamentaciones están ligadas al origen del “opinólogo”. Un empleado estatal clásico busca y espera soluciones casi diarias que tengan que ver con la comida del mediodía o las cuotas de la tarjeta que vencen a fin de mes.

Se alegra de las obras de gobierno que lo rodean, pero no le quita el sueño al saber que la casa ya queda chica y sus hijos no tienen trabajo. 

Recibe con algarabía el pan dulce, el guardapolvo y los juguetes que los punteros le entregan en mano.

Otro escenario tiene en foco el funcionario que integra el gobierno de Formosa: analiza con estadísticas y alentadores pronósticos el futuro de Formosa. Cree, y está convencido, que crear la infraestructura que el distrito necesitaba para despegar beneficia a todos. Pero no logra distinguir que las soluciones o beneficios en general no satisfacen las aspiraciones en particular que pretenden buena parte de los ciudadanos formoseños de carne y hueso.

Bienvenido es el pavimento y la escuela nueva, pero la alegría sería completa si la heladera estuviera más cargada y el bolsillo más holgado.

Mientras el funcionarios de segunda y tercera línea exige votar por la reelección “del doctor”, el jefe de familia sigue sumando canas y arrugas y mira con bronca la cara de sus hijos al no poder satisfacer sus reclamos simples o complejos.

Formosa es de todos y cada vez está más linda, es cierto. Pero ciertas desigualdades que se ven en un abrir y cerrar de ojos golpean por la necesidad creciente de comprovincianos que con el paso de las décadas sigue esperando que llegue a su casa esos slogan de campaña que albergan esperanzas y sueños; pero que la mayoría de las veces termina en la casa del funcionario de turno y sus amigos.

La brecha que separa a la realidad de la provincia de Formosa, con la que viven (y algunos ostentan) funcionarios del gobierno y “Juan Pueblo Formosa” es cada vez más evidente.

El año está casi terminado, si hay aumento para los agentes públicos se agradecerá a Gildo, caso contrario las quejas se harán sentir con la vecina mientras se comparte un mate bajo el mango.

Mientras tanto, en el fin de ciclo de la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, arribarán al aeropuerto El Pucú sonrientes candidatos presidenciables con promesas de cambio. Por estos lados, se seguirá apostando “a seguir haciendo”.

El pueblo, que es sabio, tiene cada vez más fuentes de informarmación para crear su propia opinión y no se dejarse influenciar por “vendedores de espejitos de colores”.

Buen fin de semana

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