Ser madre primeriza de un hijo especial, una historia de amor incondicional

Mirian Budiño, hija de una tradicional familia formoseña, contó en QTH Radio y en primera persona una historia conmovedora que le tocó vivir en su juventud. Allá lejos y hace tiempo (28 años) cuando en Mar del Plata estudiaba abogacía y escribanía. Se conoció con Leonardo; se casaron y quedó felizmente embarazada. El médico, durante la gestación, le dijo que «su hijo tenía muchas probabilidades de nacer con dificultades». Igual optaron por ser padres. Hoy nos relatan la experiencia de aquellos días y cómo se proyectó en el tiempo. 

 

La historia «es especial como la vivimos nosotros porque la persona de quien te voy a hablar es especial. Soy madre de tres chicos: Juan Manuel que tiene 28 años, María Florencia de 23 y Facundo de 14. Creo que por ahí les puede llamar la atención en esta época que nos desarrollamos nosotros, es por la historia de Juan Manuel» comenzó relatando.

«Con Leonardo (Freijo) nos conocimos en Mar del Plata estudiando en la facultad, estuvimos de novio cuatro años. Cuando decidimos formar nuestra familia, yo tenía 25 años- Allí nos enteramos que venía Juan Manuel en nuestras vidas, en principio lógicamente como toda  chica siendo estudiantes, con un pasar económico muy prospero» explicó.

«La verdad es que uno en la vida no se puede imaginar que le puede pasar  tener algún problema en el nacimiento de un hijo, para mí lo único que existía era el Síndrome de Down como incapacidad para un niño que esta por nacer, a partir de ahí no conocía nada, cuando nosotros nos enteramos que Juan Manuel venía con problemas que sería a los 8 meses de gestación, creo que un poco por la edad o la inexperiencia el primer impacto no fue tan fuerte, si cuando se produjo el nacimiento».

 

La familia Freijo - Budiño
La familia Freijo – Budiño

«Cuando nació Juan Manuel a mi me costó mucho asimilar que era diferente a todos los niños. Me llevó bastante tiempo, porque uno lo ve como normal como lo veo yo a mi hijo hoy, es como que no tienen nada, en ese momento me aferré muchísimo a él y a Leonardo, que como mamá fue la persona que me sacó adelante, por supuesto acompañada por ambas familias» recuerda.

El término medico del problema de Juan Manuel es «pro encefalia malformativa. Según los estudios que nos hicimos durante mucho tiempo es como dice la palabra es una mal formación no es algo genético sino que se da uno en un millón, nos tocó a nosotros, a mi al comienzo nos costó entenderlo porque a nosotros nos dieron una año de vida de Juan Manuel, ese era el pronóstico» relata Mirian.

«A los siete días de haber nacido lo someten a una intervención quirúrgica porque él tenía hidrocefalia. Lo operaron y le tuvieron que poner una válvula. Obviamente ahí sufrí yo, de tomar contacto con una operación, de tener que salir siendo tan joven de manejar términos médicos que en nuestra se nos ocurrió» continuó la escribana formoseña.

«Con un buen criterio el neonatogo que lo atendió, nos dijo que en el tema del cerebro no hay solución ni acá, ni en EE UU, ni en Rusia, ni en Japón».

LA PROLONGACIÓN DEL AMOR

Ella sintió que al «hijo, a quien llevo en mi vientre, es la prolongación del amor y no interesa si tiene o no una enfermedad, si tiene o no una discapacidad». Pero «lo más duro fue cuando nos dijeron que tenía un año de vida porque cuando él nace, le sacan el liquido del cerebro, tenían que ver que funciones iba a cumplir él con el poquito cerebro que tenía, si era únicamente las funciones primarias o si iba a tener algún desarrollo, nadie lo sabía. No nos podían dar un pronóstico, entonces fue ir creciendo día a día con él, todos los día buscar alternativas, fijarnos a ver que podía llamarle la atención y ver que podía motivarlo, siempre con el peso de decir mañana puede ser el último»

Consultada «que recibe de él como madre», Mirian fue muy clara: «mi vida no tendría sentido, más allá de mis otros hijos, sin Juan Manuel. Él es el ángel que Dios nos puso a nosotros. Lo digo convencida, porque nos va guiando todos los días, en él no tenes maldad, no tenes egoísmo, no tenes nada que sean las cosas negativas del ser humano. Juan Manuel nos da todas las cosas positivas y nos da la fuerza que uno necesita sobre todo cuando en nuestro caso somos dos personas luchadoras que trabajamos todos los días para llegar a fin de mes como todos, entonces tenemos problemas cotidianos que al verlo a Juan Manuel nos olvidamos de todos los problemas del mundo. Así lo vivo yo, lo vive Leonardo y lo viven los hermanos. Vivimos como una familia común» expresó.

CREER EN DIOS

«Yo soy una convencida de que Dios nos pone en nuestras vidas determinadas cosas porque no sabe capaces de poder soportarlo o porque no sabe capaces de tener la fortaleza de poder salir adelante, yo creo que por ahí es más admirable aquellas mamás que luchan el día a día por sus hijos que por ahí al no tener el problema de Juan Manuel tienen otros que son mucho más importantes, como lo son el hambre, la falta de educación, tantas carencias que por ahí aunque quieran darles no tienen la posibilidad. Yo siempre agradezco a Dios que nos da la posibilidad de que Juan Manuel se crie con todos los beneficios y las comodidades de cualquier persona. El hecho de tenerlo a él también nos llevó a ver otras realidades, que por ahí son mucho peor que la nuestra»,

Sin alejarse de la realidad cotidiana, la madre de Florencia, Juan Manuel y Facundo cree «que es mucho peor por ahí la madre que tiene que luchar contra la droga, contra los hijos que no tienen trabajaos, los que no tienen posibilidades de estudiar, yo creo que eso es mucho más duro y muchos más admirables en las mamás que pelean todos los días en sacar a sus hijos adelante», reflexionó.

Juan Manuel Freijo

«Juan Manuel es especial porque él es especial, entendiendo como especial e que se diferencia del común, y es diferente a mis otros hijos porque quizás da más que el «chico que no tiene discapacidad», es diferente por eso pero después es como cualquier otro chico, y obviamente nuestros amigos y demás le dan un trato normal»,

«Juan Manuel hoy por hoy va a la escuela N°12. Ahí hay madres dignas de admiración, se ve la lucha para sacar a sus hijos adelante, para que sean autónomos, por ahí no lo dije pero Juan Manuel no habla no camina, entonces son chicos que permanentemente necesitan la atención de otros».

ACEPTAR LA REALIDAD

«A mí no me costó mucho aceptar esta situación, me costó el primer tiempo pero tuve la ayuda adecuada. Me retraí mucho, estuve prácticamente un año sin salir, crees que tu vida pasa únicamente por tu hijo, y a mí la persona que estuvo a mi lado fue Leonardo».

SEGUNDO EMBARAZO

Volver a quedar embarazada fue un paso inevitable, pero que le costó mucho, «yo no quería tener más hijos, eso fue también gracias a Leonardo, porque él es amante de los chicos, mi segunda hija fue un acto de amor hacía él.A mí me parecía en ese momento que con Juan Manuel no iba a poder diversificarme, no iba poder atender a mi otro hijo con la dedicación que yo tenía con Juan Manuel, me parecía que no iba a poder dar más amor de lo que le daba a él, pero ahí te das cuenta que el amor del ser humano es inagotable» nos cuenta emocionada.

SALUDO DE UNA MADRE A OTRAS MADRES

Mirian Budiño de Freijo finalizó la charla recordando que «el amor todo lo puede, la confianza en Dios todo lo puede hacer, con esas cosas te podes llevar el mundo por delante siempre sabiendo que esta Dios a tu lado, todas estamos en condiciones».

 

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