A 7 años del fallecimiento de don Lisbel Rivira

En el oeste, su otra pasión, con el gobernador.
En el oeste, su otra pasión, con el gobernador.

«Don Lisbel», así; a secas. No hace falta recordar su extenso currículum. Los que lo conocimos lo recordamos como siempre: activo y proFormosa.

Había nacido en Bolívar (provincia de Buenos Aires). Luego se asentó en Pirané. Con 80 años sobre sus hombros, Don Lisbel viajaba hacia el oeste para “tratar de conseguir un poco más de beneficios para aquella gente que hace patria en lugares tan alejados”, como tampoco lo doblegaron las botas de gomas metidas en el barro de las defensas cuando las inundaciones atacaron a la ciudad.

La condición y el peso de ser “Don Lisbel” superaba todos los “istas” y jefes circunstanciales del poder de turno”. No es recordado ni por bogadista, ni joguista, ni gildista.

Eligió Formosa para vivir, producir, servir. 

Falleció en el año 2007, un 5 de octubre. En Paz Descansa. Se llevó, en silencio, algunos sinsabores de la política.

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