Hicieron un boquete sobre la Gutnisky y robaron en la Pinturería Román

Abrieron una pared desde un predio contiguo y tras forzar pesadas latas ingresaron al depósito desde donde se movilizaron con precisión para sustraer equipos informáticos y dinero en efectivo.

Mientras las autoridades locales reaccionan con silencio ante las permanentes denuncias de hechos de inseguridad en la ciudad, ayer de madrugada la Pinturería Román fue saqueada por un grupo de ladrones que se alzó con un valioso botín: tres computadoras, la memoria del sistema de cámaras de vigilancia que posee el edificio y una cantidad sólo medida como “importante” por los propietarios del conocido comercio ubicado en Gutnisky 2.600.

Frente de Pinturería Román. SteetView
Frente de Pinturería Román. Street View

De acuerdo con la hipótesis armada por los dueños del negocio, “todo se desencadenó durante la madrugada; creo que ingresaron desde el terreno aledaño, que está totalmente amurallado. Seguramente saltaron el muro que da al pasaje La Recova y una vez en el lugar trabajaron para abrir un enorme boquete sobre la pared lateral del edificio”.

“Está claro que fueron varias personas; de otra manera no se podría comprender como consiguieron abrirse paso hacia adentro, ya que enormes y muy pesadas latas de pinturas y otros productos flaqueaban el acceso”, evaluó, uno de los empresarios, en contacto con Formosa Expres.

“Suponemos que todo se desencadenó con rapidez y precisión; esta gente sabía lo que quería y se dedicó a eso: robó tres computadoras que son parte del equipo informático que tenemos para nuestras actividades comerciales, también el archivo que posee el sistema de seguridad que opera mediante cámaras y dinero en efectivo que estaba en el cajón de uno de los mostradores”, describió.

“No hay dudas que se trata de gente profesional; muchos detalles así lo certifican: el modus operandi, la sustracción del archivo de las cámaras para, obviamente, eliminar las imágenes captadas, además del silencio que rodeó a todo, ya que nos dimos cuenta de lo sucedido recién al abrir el local”, reveló.

“Durante el escape dejaron una computadora en el baldío, también parte de las herramientas utilizadas para hacer el agujero en la pared”, amplió.

El lugar del boquete

“Si bien uno siente la perdida material, lo más feo es la sensación de inseguridad y de violación de la propiedad privada; todo esto generó una especie de tirantez entre los propios empleados porque se cree que cualquiera puede ser culpable directa indirectamente, afectando el clima familiar que siempre nos rodeó”, reflexionó.

El comerciante contó que el hecho fue denunciado formalmente y que ya se hicieron los peritajes de rigor.

Salir de la versión móvil