Los afectados por la inseguridad son más que los inundados

Recorriendo la ciudad de Formosa encontrará todo tipo de casas; lindas, muy lindas, humildes o precarias: Pero la mayoría tendrá algún sistema de prevención del delito: cámaras de vigilancia, rejas, vidrios rotos sobre el tapial, un perro guardián, alarmas, un sereno o un policía si es funcionario. Todo dependerá de la condición económica o los bienes a resguardar.

Lo cierto es que pocos se salvan de la marea de la inseguridad. Tiempo atrás, el ministro de Gobierno recibió disparos de armas de fuego en su domicilio particular.

La casa del titular de la cartera económica recibió la visita de delincuentes que encerraron en el baño a un miembro de la familia y le robaron.

Es solo una muestra de que “todos pueden ser la próxima víctima”.

basta de inseguridad

Tampoco olvidamos al oficial Bini, que llegó a un barrio para atender un reclamo vecinal y lo mataron sin piedad.

La incertidumbre a la que estamos expuestos por la acción de delincuentes cada vez “más jugados” y que le perdieron el miedo a todo, quita a la ciudad de Formosa de la calificación de “pueblo tranquilo”. Aquello de que “dejamos la puerta del auto abierta” quedó en el recuerdo.

“La vida no vale nada” para irascibles ciudadanos alejados de una sociedad normal. Sin pensar, bajo los efectos de la droga o el alcohol, son capaces de matar por despecho, porque “le vieron la cara” en medio de un robo o solo por la “necesidad interior” de sacarse la bronca de encima.

A esta lista hay que agregarle los conductores alcoholizados que al mando de poderosos autos o camionetas convierten un volante en un arma en las madrugadas formoseñas.

LA POLICIA Y LA JUSTICIA

El reclamo “rápido” siempre apunta a la Policía y la Justicia. Pero, acaso los delincuentes no tienen familia? O fueron los jueces y los agentes del orden los que criaron a muchos miembros de una sociedad enferma?.

Si le cabe la responsabilidad a los gobiernos, que, con el avance de la pobreza, la desocupación y muchas veces el mal ejemplo ofrecido por muchos funcionarios lo dejan sin autoridad moral para “ordenar”. Por ejemplo, un concejal apunta con un arma a un intendente, otros jefes comunales se enojan con inspectores municipales porque le quieren hacer una multa!!!. Son casi una escuela del delito!!!:

Hay dirigentes que “tienen vínculos” con violentas barras de barrios que cuando son detenidos recuperan rápidamente la libertad “por oficios del puntero del barrio”. Todo forma parte de un festival donde el laburante es víctima permanente del desprecio y la violación a las normas de convivencia.

El juez Rubén Spessot dijo en VLU Radio que “no avizora” que prontamente se encamine una solución a esta escalada de la violencia y la agresividad de los crímenes que conocemos todas las semanas en Formosa.

Para colmo, sumó un dato que provoca reacciones de todo tipo: “hay condenados que reciben permiso para ir a cobrar sus planes sociales”.

Y LOS DIPUTADOS?

En tanto, en el recinto donde se fabrican las leyes  no se observa una reacción que incomode a los delincuentes. Por ahora, los chorros saben que con la legislación actual es fácil “entrar por una puerta y salir con una excarcelación en pocas horas”.

Cuántas generaciones o años serán necesarios para reacomodar este descalabro?. El linchamiento no es la solución presente ni futura, pero pasa por la cabeza de los encerrados ciudadanos presos de la inseguridad.

Son los menos, por acción u omisión, los violentos van derrotando a los buenos vecinos.

Por esto y por mucho más, digo: Hay más familias inseguras que inundadas. Por suerte, el río baja. La delincuencia, no.

Ojalá, que entre lo mucho que queda por hacer, se encuentre el aumento de la seguridad de la familia formoseña, porque entre “lo mejor que estaba por venir” parece que no estaba en la lista.

Fuente: diario Expres

 

 

 

 

 

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