«Háblame, rompe el silencio… no ves que me estoy muriendo»

Lo ocurrido en Clorinda, es sin dudas una lamentable tragedia.

Una tragedia que no tiene claro su origen porque más allá de la lluvia caída, nadie explica claramente qué es lo que pasó para que las cosas terminaran así.

Silencio…silencio manejado políticamente para regular y controlar que lo poco que se dice, sea solo y únicamente orientado a exaltar las acciones de gobierno, el resto importa poco.

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El afán de los políticos es salir airosos en cualquier circunstancia, aunque las cosas no se hayan hecho o se hayan hecho mal, ellos “siempre tomaron decisiones acertadas” y la culpa de lo malo, lógicamente es del otro o de los “que informan erróneamente”.

Con respecto a Clorinda, el intendente de la ciudad Manuel Celauro en varias oportunidades había dicho que él “no es el responsable del mantenimiento de la estaciones de bombeos instaladas por el gobierno provincial”, es decir, si andaban o no andaban las bombas NO ERA SU PROBLEMA. Buenísimo.

Ahora, desde hace varias semanas, el Ingeniero Vargas Yegros viene anunciando que tanto las defensas como las bombas en Clorinda estaban en óptimas condiciones pero cuando ayer tuvieron que activarlas, resultó que no funcionaban correctamente, según dichos de vecinos y por lo tanto, el Intendente Celauro le echa la culpa al Ingeniero Jorge Aguirre encargado del sistema.

Por su parte, Mayans también dice que recibió un informe desde Clorinda diciendo que “todo funcionaba bien” pero al mismo tiempo acusa una “impericia por parte del Intendente Celauro, al no probar si las bombas funcionaban o no”.

Y al final, nadie sabe nada, las bombas ¿andaban o no andaban?

No se informa correctamente y el silencio continúa…se sigue especulando, buscando protagonismo político, se sigue inventando y dando datos sin corroborar NADA, cómo la cantidad de lluvia caída en Clorinda, que ronda según el interlocutor de turno, entre los 150 y los 250 mm, vaya diferencia, o las clarividentes apreciaciones sobre hasta qué altura va a llegar el río vertidas por funcionarios varios.

Si hay Planificación, deben tomarse en cuenta todas las variables posibles y no se puede decir ahora “esto no estaba previsto”, pasaron 31 años desde la última trágica inundación formoseña y durante este tiempo nunca se ocuparon por planificar nada serio.

No sabemos hoy a ciencia cierta, cuál es el verdadero estado en el que nos encontramos con respecto a la creciente del río, no hay informes diarios CLAROS Y BASADOS EN FUENTES FIDEDIGNAS, altura del río, situación de los evacuados, cuántos son, donde están puntualmente, en Clorinda, donde está la gente evacuada…acá en Formosa hay personas con parientes en esa ciudad que deben estar informados…pero sigue el SILENCIO….

La principal preocupación estatal aparentemente es “quedar bien” “saberlo todo y tener la pelota dominada”, total pocos cuestionan y muchos medios acompañan en el silencio o en el “informe selectivo”.

Solamente queda hacer lo que siempre en definitiva resulta apropiado, colaborar, ser solidarios, ayudar y esperar que alguien resulte responsable por la inacción generada a partir de la pedantería y la aparente omnipotencia.

Un cargo público no habilita conocimiento profesional alguno, si no sabes, por más que seas ministro o senador o diputado…no sabes, y dejando de lado el egocentrismo propio del poder, deberían consultar y dejar hacer a los que sí saben y ejercer el poder público para controlar y exigir acciones eficientes…

Pero las cosas, aparentemente, van por otro lado…

“HABLAME, ROMPE EL SILENCIO… NO VES QUE ME ESTOY MURIENDO Y QUÍTAME ESTE TORMENTO PORQUE TU SILENCIO YA ME DICE ADIÓS…”

Tango; “Fueron tres años”
Autor: Héctor Varela

 

Ernesto Rivarola / ver facebook

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