Una formoseña de 20 años falleció en un accidente en Córdoba

Colonia Caroya (Córdoba). El domingo de Pascua fue de luto en esta ciudad por la muerte de dos jóvenes en un hecho de tránsito. El trágico episodio ocurrió ayer, a las 6:50, en Av. San Martín al 5950, a metros del club homónimo.
Foto: Eldespertadordiario.com.ar
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Un joven de 24 años y su novia, de 20, viajaban en un Peugeot 207 Compact en sentido Oeste-Este.
Tras cruzar -a alta velocidad- el vado ubicado en el sector, el conductor perdió el control, se cruzó de carril y el auto impactó violentamente contra un plátano de la mano Norte, a 50 metros del cruce con la Calle 68.
El estruendo fue impresionante: El auto quedó completamente desarmado: el motor voló unos 20 metros, otros componentes quedaron esparcidos por toda la avenida y la batería apareció en la vereda opuesta.
Los cuerpos de los dos ocupantes fueron despedidos del automóvil, ya que ninguno llevaba puesto el cinturón de seguridad. El airbag se activó, pero no pudo impedir la muerte de ambos.
El joven fue expulsado por el parabrisas y quedó al lado del plátano con el que chocó. Su novia, en cambio, fue despedida por la puerta del acompañante y quedó a unos 20 metros, contra la pared del bar ubicado en esa esquina.
El vehículo, recientemente adquirido por el joven, quedó atravesado en medio de la carpeta asfáltica.
Las víctimas fueron identificadas como Diego Adrián Carrión, de 24 años, oriundo de Colonia Caroya y Aspirante a Cabo en la Escuela de Suboficiales de Gendarmería Nacional Cabo Raúl R. Cuello; y Silvia Ramírez, de 20 años, formoseña, novia de Carrión.
SE SALVARON DE MILAGRO
En el momento en que el Peugeot 207 perdió el control y se cruzó de carril, en sentido opuesto viajaba un Fiat 147 en el que iban tres jóvenes de Colonia Caroya.
Mariana, la conductora, logró esquivar el auto, pero recibió todos los elementos que se desprendieron tras el choque del otro rodado.
El motor, que salió despedido, ca-yó en la avenida y fue impactado por el Fiat. Otros objetos cayeron sobre el 147 y uno de ellos rompió el parabrisas. Los otros dañaron el techo.
Pese al susto, los jóvenes se bajaron y apagaron con un matafuego un principio de incendio que se estaba produciendo en el destruido Peugeot, mientras llamaban a la Policía y a los Bomberos Voluntarios de Jesús María.
No había nada que hacer en el lugar, más que aguardar la presencia de la Policía Judicial.
Se vivieron escenas desgarradoras cuando los familiares directos de las víctimas fatales llegaron al sitio del accidente. 
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