El animal debió ser sacrificado, mientras que el avión de pequeño porte sufrió la rotura del «rodaje delantero y la hélice», pero «ya se sacaron los elementos rotos para reparar y llevar el avión a Chaco».
El campo es alquilado por un empresario arrocero. El piloto no sufrió ningún tipo de heridas.
El hecho recuerda al triste episodio cuando un bimotor paraguayo aterrizó -de noche- en la Ruta 11, a la altura del barrio Namqom, y mató a un motociclista, luego de «guiarse» por las luces de una camioneta conducida por Raúl Emilio Jara Lunghi.