A los saqueos y la rebelión policial que sacudió a varias provincias argentinas, los formoseños lo vimos –hasta ahora- por la televisión.
Con los ojos bien abiertos, ciudadanos y funcionarios estuvieron alertas ante una situación convertida en una epidemia que terminó en movilizaciones y autoacuartelamiento de uniformados con objetivos de reclamos cumplidos a media: en varios distritos hubo “aumento regado con sangre”.
Desde el punto de vista social, el pueblo formoseño se mostró tal cual es; “manso y tranquilo”. Pero, “la marcha va por dentro”.
POLIFORMOSEÑO
“Mientras haya agua y hielo para el tere, no nos movemos de acá” aseguró en VLU Radio el subcomisario (r) Eduardo Zabala desde Clorinda donde se centró el eje de la protesta. Enviaron pedidos de aumentos a las autoridades de gobierno con un básico de $ 5.000 y $ 5.500 para los ingresantes a la fuerza, los recibió el intendente Celauro.
Se mostraron abiertos al diálogo.
La “voz” de los policías pidió a sus camaradas que no tomen comisarías, ni que corten rutas ni calles. En todo caso, pidió que “trabajen más que nunca; nuestro reclamo es un paz” insistió.
Un par de años atrás, en ocasión de anunciar un aumento para estatales, el gobernador Insfrán hizo notar que “el gobierno provincial no trabaja bajo presión externa” y que “siempre nosotros actuamos con responsabilidad, no nos dejamos llevar por las sensaciones. Seríamos muy malos administradores si anunciáramos aumentos que después no podríamos cumplir”. También resaltó el diálogo con los gremios.
En este caso, en Formosa no hubo presión. El pueblo demostró que mantiene la paz social que enarbola el primer mandatario.
En definitiva. El escenario esta dado para un anuncio justo y necesario para recomponer salarios para todos los agentes estatales; no solo a los policías.
El gremio Docentes Autoconvocados juntó firmas pidiendo un plus navideño “excepcional” de $ 2000 y ya lo entregaron en la mesa de entradas de Belgrano al 800. Esta “ayuda” no compromete a futuro las finanzas provinciales.
En ningún caso salieron a la calle, rompieron vidrieras, ni hubo saqueos. Un reclamo como prefiere Insfrán.
Ahora, se aguarda la respuesta a este estilo de manifestación.
Hoy, los que sí están intranquilos e inseguros son los funcionarios de primera y segunda línea, sabiendo que “estamos en época de cambios”, ahora demorados por el contexto social, aguardan definiciones del titular del Ejecutivo. Mientras tanto, un ministerio lleva varios días acéfalo por la asunción como diputado de su titular, Rodrigo Vera.
Juan Coco Altamirano