Números fríos. Categóricos. Preocupantes. Más aún si para contrarrestar a cientos de formoseños que “se sirven” de esos centros de perdición, en Formosa, se cuenta con el trabajo loable de “La Casita”, del centro de recuperación en Tatané y “casi” nada más.
El trabajo titánico de los profesionales no alcanza para saciar tanto fuego de destrucción que azota a nuestra provincia.
Los mercaderes del mal comenzaron años atrás “con gomeras”; hoy tiene armas más poderosas y fundamentalmente con una cartera de clientes muy amplia. Ese es su principal capital: la innumerable cantidad de adictos que “hacen de todo por un porro”.
Hay familias destruidas. Chicos internados. Víctimas de la violencia de los consumidores y, una dirigencia política gubernamental que “busca enemigos” en “las grandes corporaciones”, periodistas y la oposición.
En una escuela secundaria del centro capitalino se prohibió la venta de Coca Cola“para evitar que los alumnos la mezclan con sustancias o psicofármacos”.
A varios alumnos “que se le conoce sus adicciones”, cuando piden para ir al baño en hora de clases “lo acompaña un profesor o el portero” por temor a que se droguen en un momentito de soledad.
Esta es la realidad. Esta es la ropa sucia que hay que lavar en casa.
SE PUEDE COMBATIR EL AVANCE DE LA DROGADICCIÓN?
Sí. Es una decisión política. El gobierno peronista de Formosa “comanda” todos los municipios de la provincia, tiene la mayoría en Diputados, todas las presidencias de Concejos Deliberantes. Pero, si se embarca en ésta lucha tendrá el apoyo mayoritario de la sociedad formoseña, más que en las elecciones.
Me podrán decir que las fuerzas de seguridad fronteriza y la justicia federal son las encargadas de controlar y juzgar, pero también es cierto que el avance de este flagelo ocurre porque hay todopoderosos que miran para otro lado.
El consumo avanzó porque lo dejaron. No hay otra explicación. Cuando la Policía recibe la orden de actuar, con los escasos recursos de la dirección de Drogas, concreta operativos exitosos.
Tristemente escuchamos a muchos formoseños que tienen un pariente, un vecino o un compañero de trabajo que se ve afectado por un pibe víctima de las adicciones.
Tiempo atrás el juez federal Eduardo Valiente, hemos “perdido la batalla” contra las drogas. Fue un alerta. Estamos en desventaja, pero si hay decisión, se puede enfrentar este camino que lleva por mal camino a pibes que debieran ser el futuro.
“Todos tenemos tiempo para aprovechar o para perder y es nuestra decisión qué es lo que hacemos con él. Pero ten en cuenta que una vez pasado (el tiempo), jamás se recupera”, lo dijo Bruce Lee.
Hay que luchar. Es responsabilidad de todos.