El advertencia que le hizo Formosa al gobierno, y que Insfrán supo aprovechar

Hay alertas que no se escuchan, que no se sienten, que no se pueden discutir. Otras, que es preferible no escuchar ni sentir. El ejercicio del poder tiene esas características. Pero los resultados electorales se escuchan, se analizan, se sienten, afectan o fortalecen. Además, no se discuten. Es un fallo inapelable.

Hasta ahora, Fabi Rodríguez se suma al bloque de VC. Aquí, junto a Mycha Bernal, Di Martino y el Indio Vega.
Hasta ahora, Fabi Rodríguez se suma al bloque de VC. Aquí, junto a Mycha Bernal, Di Martino y el Indio Vega.

Todo en una misma jornada. Con previas que sacan a los funcionarios de sus despachos y lo convierten en simpáticos, afables solidarios y preocupados por los problemas complejos y simples de la sociedad.

La gente”, como se acostumbra calificar a los votantes deposita su veredicto en las únicas soberanas en día de las elecciones: las urnas. Allí, suena el escarmiento o se aprueba una gestión.

LAS PASO

En Formosa, las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) sirvieron de advertencia para el gobierno local y, con el transcurrir de las semanas, también para la oposición que “despertó” luego del 27 de octubre. Por tratarse de elecciones nacionales, no se aplica Ley de Lemas y se elegían candidatos; no asignaba bancas.

EL PERONISMO. Con un solo candidato firme en la cancha electoral: Juancho Díaz Roig, el gildismo hizo la plancha y se preparó para festejar un contundente resultado. Sin embargo, la sociedad advirtió que había que realizar correcciones. Las excusas del oficialismo fueron variadas: desde que se confundieron colores hasta que “se comunicó mal”.

LA OPOSICIÓN. Se vieron arrebatados de votos. Abrieron los ojos con sorpresa y suponían que poco cambiarían esas elecciones de las generales del pasado fin de semana. Por aquel entonces, “la figura” era el ruralista Ricardo Buryaile. A su manera, iba adelante en popularidad y en líneas generales marcando la agenda política.

La oposición apostó “al mismo resultado”, pero en política “nadie tiene la vaca atada”. El mensaje de las PASO también fue para ellos, la sociedad pedía renovación, pedían que se los escuche.

LA CAMPAÑA

Con las advertencias en la mano, el propio gobernador Insfrán salió a ponerle el cuerpo a la campaña. Como nunca, manejo todo: desde ser el orador cuasi candidato en la mayoría de los actos de inauguración, hasta controlar entrega de boletas electorales, pasando por la distribución de la pauta publicitaria en los canales oficiales. Inclusive, llamaba a los candidatos, intendentes o caudillos para monitorear la campaña. Detalle inusual en comparación con otras campañas. Fue un mensaje que dejó muchas lecturas “internas y bajo el agua” entre los altos dirigentes del PJ formoseño.

También mandó a la calle a la dirigencia a la calle para “ponerle la cara” a los reclamos.

El candidato Díaz Roig pasó a segundo plano. El gobernador “pintó de azul” a los candidatos pidiendo el voto por el modelo sin que importen “los nombres”. Esta estrategia descolocó a Ricardo Buryaile que llegó a decir: “No sé si compito con Díaz Roig o Insfrán”.

 

Con un mar azul de sublemas y una cuestionada ley electoral provincial como adversarios, el radicalismo y sus aliados salió a cancha bastante mejorado respecto a años anteriores: no hubo peleas internas, se mostraron sólidos y con perfil triunfante.

 

Probablemente no hicieron una renovación de sus figuras de candidatos, aunque en sus listas sumaron peronistas disidentes, desarrollistas, aborígenes y gremialistas. Por ello, el joven Marito Arce colectó una importante cantidad de votos y fue el segundo más votado en la capital. Era una “figura nueva”.

 

También logró la reelección Fabián Olivera, producto de su trabajo hormiga en todos los barrios y la división de “votos duros” radicales entre Gabriel Hernández, Apo González y Blas Hoyos (competencia que perjudicó a los tres).

 

El PJ tenía candidatos para todos y todas, desde locutores, deportistas, bancarios, militantes, hasta postulantes de “la diversidad”. Todos sumaban. La lista oficial de diputados provinciales obtuvo menos votos que la suma de los concejales, y menos que Juancho Díaz Roig. Como era de prever, la lista de concejales “arrastró” al resto de la boleta azul.

 

El Partido Obrero fue sorpresa en las PASO, pero en las generales quedó perdido en medio de tanto publicidad y boletas. Igual, concretó una buena captura de votos y traccionó a los disidentes que antes engrosaban los votos en blanco.

 

GILDO POLARIZÓ

El “aparato” de gobierno respaldó en la capital a Pepe Mazó. Pero en la noche de cierre de campaña, el gobernador acompañó a la gente de Valores Ciudadanos (VC) en el Estadio Antonio Romero. Esta foto puso en alerta a los seguidores de sublemas considerados chicos: las preferencias se polarizaron y el resultado final de la carrera fue división de bancas entre FPV y VC.

En definitiva. El día de la elección de candidatos “la gente” alertó y mandó mensajes. El radicalismo cosechó optimismo, pero perdió la agenda. Se recostó sobre el resultado, su candidato principal hizo la plancha y sacó provecho de una “encuesta abierta” sin Ley de Lemas.

En tanto, el peronismo, sintió el impacto. Dolido salió a ponerle el oído al electorado y mostró todas sus garras -incluyendo algunas que son parte del folclore y otras de la vieja política- con abundante recurso económico.

Recuperó la agenda, ganó la calle y, con la Ley de Lemas como respaldo, llegó al objetivo.

En el camino quedaron esperanzas opositoras, peronistas autocalificados proscriptos y sublemas del peronismo que, como Jorge Nielsen, debieron conformarse –una vez más, a pesar de los 15 mil votos- con haber logrado “una buena elección” y encolumnarse disciplinado detrás de la figura de Insfrán. También logró un cometido: evitar la fuga de votos a otro Lema.

La advertencia del electorado fue un favor para Insfrán. Y el que saca provecho de la adversidad, es ganador.

 

Juan Coco Altamirano

 

mail: noticiasformosa@hotmail.com

Salir de la versión móvil