Desde algunos años, Misión Laishí está más ligado a los escándalos, cuestiones políticas, denuncias de corrupción y trámites federales, que al turismo ecológico, las misiones franciscanas que alguna vez lo hicieron trascender. Todo coincide con el desembarco en el poder, cerca o lejos del matrimonio Franco-Oviedo.
LA INTERNA PERONISTA BROTA POR TODOS LADOS, INCLUSIVE, A HORAS DE LAS ELECCIONES
Nerea Oviedo, ex intendente y actual concejal electa -aunque perdió «la interna» con el actual jefe comunal-; su esposo es diputado provincial con mandato por vencer el 10 de diciembre. Ambos acaban de zafar de un juicio que los paseó por pasillos de la justicia federal. Dos hermanos del matrimonio son concejales del actual Concejo.
Ahora, al matrimonio gildista que hace «lo que quiere» simplemente «porque desde Casa de Gobierno, hasta ahora lo dejan hacer», intentó una jugada maestra: destituir al intendente José Lezcano para, que cuando ella asuma tener el «camino libre» a llegar a la intendencia.
Para ello, pergenió una idea maestra: hizo sesionar a tres de los cuatro concejales que le responden «a las seis de la mañana» para sesionar y destituir a Lezcano.
El cuarto concejal, que responde a la gestión del actual intendente, fue citado para una hora después.
Cuando trascendió en el pueblo el hecho político, surgió una pueblada que llegó hasta la sede del parlamento comunal con mucha furia. Rompieron puertas, ventanas, volaron ladrillos, cascotes, quemaron cubiertas y dejaron a los ediles sin la posibilidad de salir.
Se trató de una virtual toma poco pacífica.
Posteriormente, un llamado que salió de la vidriada casa de la calle Belgrano al 800 se hizo sentir. Y los hechos se calmaron cuando se dio marcha atrás a todo: se disolvió la comisión investigadora, restituyeron al intendente y renunciaron los tres concejales que responden al matrimonio Franco-Oviedo.
La calma llegó, pero la tensión está vivita y coleando mientras que personal policial mira desde unos 100 metros del lugar de los hechos.