“La señora Albarracín” le dijo a la alumna que “se le pagó porque la titular era del interior”.
Pero, increíblemente, se le abonó sin corroborar los datos con precisión, ya que la damnificada pudo ver que “la firma no era mía”. Pudo cobrar, solamente, “una vez”. Le «dijeron» que si hacía la denuncia «no se iba a recibir nunca».
En ese transcurso pretendió “arreglar” el tema con la joven, pero solamente logró “que yo lo denuncie”.
Por el momento, la denunciante deberá presentar una nota “ante el Rectorado” para que se le entregue copia del poder autenticado.
Cuando se conoció el caso, trascendió que “son cerca de 200 los beneficiarios” de becas por ese importe, “pero algunos no están ni enterados” de la existencia del beneficio.
Ahora, con la UNaF convertida en un “hervidero” se conoció que “pueden ser varios los damnificados” por el “muchacho de la Lista Celeste y Blanca“.
María Florencia se animó a dar la cara y aseguró que «no va a parar», a pesar de las presiones recibidas.
Esta vez, no fue una noche con cuerpos semidesnudos, ni títulos truchos, no golpes y violencia; pero el escándalo parece haberse quedado «a vivir» en la «alta casa de estudios».
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