El acierto del programa de Lanata: el formato

Productores, creativos, publicistas, conductores y “especialistas” en televisión y medios realizan reuniones, cruzamientos de datos, exponen experiencias y presentan proyectos para lograr “llegar a la gran audiencia, seducirla y convertirla en su público y, en la medida de lo posible, lograr efectividad y popularidad».

 

Con el programa del domingo, que marcó su regreso en la pantalla del 13, el periodista presentó un formato que incluye humor, ironías, informes con cámaras ocultas, escenografía propia del “estilo Tinelli”: personajes de la farándula y escándalos de la política.

 

Con este escenario una noticia es un show. Y a “doña Rosa” la entretiene, al doctor le agrada, al pibe le sirve para twitear o comentar en Facebook.

Casi en “cadena nacional”, el programa de Lanata (el el domingo superó los 20 puntos de rating) se convirtió en un virus que “inundó la pantalla” y potenció la intención de convertirlo en opinión pública excluyente de todos los medios cercanos o lejanos al Grupo Clarín. A favor, en contra, con objeciones, sin objeciones.

Pero un programa que “comenzó” el domingo “continúa” en redes sociales, diarios, radios locales y nacionales.

Pasó al archivo o a segundo plano a las tristes inundaciones, el Papa argentino y la democratización de la justicia.

Además, dejó en claro que “el monopolio” está en el control remoto de las casas de familia. Lo tienen «doña Rosa y don José».

Que “un escándalo político se debate en un programa de chimentos”. Llegó al gran público.

Más allá del contenido estrictamente periodístico, el formato del Periodismo Para Todos (PTT) marcó un estilo. A tal punto que, podemos afirmar, que el mismo informe presentado en un formato de periodismo político o de investigación no hubiera tenido tanta repercusión.

Deja en claro que no alcanza con la plata. La inteligencia y capacidad suman para «imponer la agenda» en los medios.

Claro, contó con un ayuda de primera: un «personaje» de creciente y rápido ascenso económico casado con una modelo como «figura estelar». Aquí, se impuso el dicho de un hombre que descansa en paz «la plata mal habida y la mujer bonita no se puede esconder».

Por ello, la producción -sumado al estilo Lanata- se lleva la mayoría de los halagos en este boom mediático que promete segunda parte.

 

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