El día que “volvió la gente” al estadio de La Liga, el clásico devolvió un cero a cero y dejó muchas conclusiones

Los aficionados ingresaron al estadio hasta los 20 minutos de iniciado el encuentro entre Sol de América y San Martín, estaban acostumbrados a los tradicionales encuentros que allí se desarrollan con muy poca concurrencia. Pero este domingo todo fue distinto: algunos se arriesgan a decir que “había cerca de 4.500 personas».

 

El Antonio Romero se mostró abandonado, con el campo de juego que no permite que “la pelota corra bien al ras del piso”, pero eso no fue impedimento para que los aficionados al más popular de los deportes abonen 30 pesos en boletería para ver un encuentro donde hay muchos formoseños.
 
Además, se podía comprar y comer “chipa caliente” y “torta parrilla”. No faltó “el tere”, el domingo acompañó con un clima agradable y no había “futbol de la A”.
 
Sólo se ausentó la emoción del gol.
 
 
 
Está visto que cuando los espectáculos deportivos prometen emoción, hay conocidos en la cancha, se trata de un club que tiene socios y tradición de barrio, la gente acompaña en familia.
 
Situación que llama a la inmediata comparación con la convocatoria del básquet y el vóley. Deportes y presupuestos que fueron noticia y comentario en estos últimos días.
 
LAS HINCHADAS, LOS QUE FUERON A VER, Y LA PLATEA COMPARTIDA 
 
 
Las ruidosas hinchadas estaban debidamente aisladas para evitar choques. Pero la mayoría de los que pasaron por boletería “fueron a ver el partido» desde las plateas que se vieron colmadas donde había ministros, concejales e hinchas de ambos clubes. Es espectáculo fue “muy formoseño».
“Hace mucho tiempo no veo tanta gente” comentaban los locutores de varias radios FM que transmitieron el encuentro, Radio Café, FM La Nueva, Radio Más, FM 101.5, Tropical y la 90.1 de «Pinocho» Benitez. La que faltó es la emisora, justamente, del presidente de la Liga: Ramón Perelli.
 
 
Si algo restaba corroborar respecto de la convocatoria “de la redonda” respecto de “la naranja” o del vóley; hoy quedó comprobado: con la gente que fue al Antonio Romero (pagando entradas) se llenaba el Cincuentenario.
 
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