Derechos, humanos y formoseños: “Pueblo formoseño no es lo mismo que gobierno formoseño»

El Preámbulo de esa Carta Magna dice que la provincia se dará un Gobierno Republicano, Federal y Participativo, ninguno de esos preceptos se cumple.

No es republicano porque la división de poderes no existe.

La cámara de diputados (así con minúsculas) es un lugar de privilegio donde el debate anual más importante entre oficialismo y oposición es la puja por la cantidad de asesores, empleados y cupos para las estructuras que puede llegar a contratar y cada legislador. Sólo se votan proyectos a libro cerrado que envía el Poder Ejecutivo y, a veces, con el apuro de unos pocos minutos.

El Poder Judicial que debería controlar a los otros dos es dependiente, del presupuesto que le fijan desde el quinto piso de la Casa de Gobierno, de la cámara de diputados y un Consejo de la Magistratura que es manejado por el Presidente Provisional, Armando Cabrera, que además regentea uno de los estudios jurídicos más importantes de la provincia.

Cómo van a controlar a un poder que tiene los votos suficientes para iniciarles un juicio político que puede ser más sumarísimo que la destitución de Lugo en Paraguay.

Cómo van a investigar los negocios del poder si una orden puede decretar el fin de la carrera y el peregrinar por esos mismos tribunales. Después algunos defensores del gobierno dicen que si hay irregularidades que se haga la denuncia respectiva.

No es federal porque los municipios son mendicantes del poder provincial. La prueba más reciente fueron los recortes a los fondos coparticipables por la aplicación inconsulta del Fondo de Garantía Docente y los intendentes solo atinaron a pedir audiencia a un subsecretario para ver con qué migajas podían beneficiarse.

Participativo tampoco. O bien, esta condición sólo está reservada a quienes hacen las reverencias necesarias para poder asentir las decisiones que se toman desde ese lugar místico que es el quinto piso de la Casa de Gobierno.

Ahora bien, lo expuesto por Lanata no es novedad para los formoseños que toman esas prácticas como normales y es más, quienes gobiernan se sienten con el derecho a ejercerlas porque es tal el acostumbramiento al manejo arbitrario de los bienes públicos que hasta piensan que eso es incuestionable.

En tiempos de la dictadura, de la que tanto dicen renegar los militantes oficialistas en Formosa, cuando se denunciaban las desapariciones, la tortura y el despojo de las clases populares la respuesta era sencilla “los argentinos somos derechos y humanos” y los que criticaban o denunciaban eran “los promotores de una campaña antiargentina que perseguían oscuros intereses».

Hoy dicen que “a Lanata o a sus patrones de la corpo no les interesan los qom o los pobres formoseños, solo les interesa su puja con el proceso revolucionario que encarna Cristina Fernández de Kirchner”. Los formoseños que acompañan estas denuncias son “traidores a la causa provincial».

Cualquier parecido con las campañas “proteger es querer” o los “argentinos somos derechos y humanos” no es pura casualidad. Hasta hace muy poco el encargado de la prensa y comunicación del gobierno de Insfrán era un hombre que tuvo que ser renunciado de la dirección de LRA 8 Radio Nacional porque fue acusado de pertenecer a los grupos de tareas en tiempos de la dictadura. Un detalle no menor, fue designado en ese cargo por el Presidente Néstor Kirchner a pedido de Insfrán».

Lo que expuso Lanata no ocurre sólo desde que Duhalde designó a Kirchner como su sucesor. Pasó en los tiempos en que Insfrán era diputado provincial y gobernaba Floro Bogado, ocurría cuando era vicegobernador de Vicente Joga en la Presidencia de Alfonsín, y la mitad de la de Menem; siguió pasando cuando Joga pagó caro su pasado cafierista e Insfrán arregló con el riojano su permanencia en el poder en 1999 y, cuando aprovechó la confusión que generó la crisis de 2001 para imponer la monarquía absoluta con la relección indefinida.

A esta altura podemos decir que el “Imperio del verde” que gobierna Gildo Insfrán es lo más parecido a la utopía que proponen los Kirchneristas más furiosos, concentrados en La Campora, Carta Abierta y otras agrupaciones que proliferan al calor de los fondos públicos.

Después de casi 30 años de gobierno justicialista. Tres gobernadores no quisieron sacar al pueblo de la pobreza, Formosa tiene el triste privilegio, según las cifras del INDEC de tener los peores índices sociales del país, pese a que sólo en giros de coparticipación recibe por habitante el doble de lo que reciben Chaco y Corrientes. Dos veces y medio lo que recibe Misiones. Provincias del NEA también pobres, en el concierto nacional, pero más desarrolladas que Formosa. Seguro que la alternancia en el poder y la imposibilidad de relección indefinida tiene algo que ver en ese tema.

Por eso es que los defensores del gobierno formoseño se parecen mucho a los propagandistas de la dictadura, porque no salen desmentir lo indesmentible solo repiten a coro “somos derechos, humanos y formoseños».

Una aclaración final. Soy formoseño, orgulloso de serlo, lamento haberme visto obligado a elegir entre permanecer en Formosa o darles a mis hijos una oportunidad a tener una vida mejor. Pero los gobiernos autoritarios y excluyentes no nos dejaron opciones a los miles de formoseños que nos tuvimos que, desahuciados, ir a vivir una cultura diferente«.

Mail de contacto del autor de la nota: rubenorla@yahoo.com.ar

Salir de la versión móvil