La historia de un robo, que, tuvo más demora en el trámite de la denuncia que el tiempo que estuvieron detenidos los delincuentes

El viernes pasado, a las 15.40 hs, en Brandsen casi 9 de Julio (pleno centro de Formosa para los que no conocen la ciudad) Leandro (mi hijo mayor de 16 años) estaba yendo al Colegio Don Bosco para asistir a la clase de gimnasia, cuando sorpresivamente fue asaltado por dos motochorros superdrogados, uno de los cuales (el que lo robó su celullar y diez pesos) lo amedrentó con un cuchillo. (Sin embargo, tuvo la deferencia de dejarle el chip «para que no perdiera sus contactos» y un par de monedas para el bondi de regreso….

 

Si!! es verdad, (aunque ustedes  no lo crean).

Ahora bien, si este delincuente no hubiera tenido «ese gesto de caballerosidad», ¿que otra cosa hubiera pasado??. En el mejor de los casos pasar el día del padre en el sanatorio con mi hijo herido y en el peor, no tener nada que festejar, después de haberlo enterrado.

Después del asalto, los ladrones se dieron a la fuga, mientras que Leandro rápidamente llegó al colegio, adonde comentó lo sucedido. De inmediato, los directivos dieron aviso a la Policía, que en pocos minutos llegó al establecimiento.

Tras recabar toda la información sobre el robo, los uniformados emitieron un alerta, por radio, disponiéndose un operativo cerrojo que, tras una intensa persecución de la motorizada de CEPOL, permitió la aprehensión de los sospechosos en Av. Napoleón Uriburu y Moreno.

Hasta allí nos dirigimos para corroborar la identidad de los malhechores y la propiedad del aparato incautado. Fue así que a una distancia prudencial, mi hijo pudo identificar a sus agresores, mientras yo confirmaba que era el celular de Leandro.

Luego de esto, nos fuimos a la Comisaría Primera a radicar la denuncia, culminando con ese trámite alrededor de las 18.45 hs, minutos después que llegaran los ladronzuelos y quedaran «alojados» en el patio de la dependencia policial.

Cuando volví a las 20.30 hs para retirar el celular, que había quedado a disposición de la justicia (??????????), así como los $ 4 que quedaron de vuelto, los «chorritos» ya no estaban más, porque uno tenía 17 y el otro 14 años.

Es decir que yo estuve más tiempo en la comisaria radicando una «denuncia inútil» (dos horas y media), que ellos «presos» o mejor dicho «demorados» (aproximadamente dos horas)….

¿Fin de la historia? por el momento si….

¿Continuará??? Seguro… con la despenalización de las drogas y la inimputabilidad de los menores…las vidas de nuestros hijos siguen en peligro!!!

 

ALEJANDRO VALLEJOS.

 

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