Caso Denis: en boca cerrada, no entran moscas (ni merca)

Tal vez desprevenido, tal vez dolido por no ser propuesto al Superior Tribunal de Justicia local, tal vez solo por brabucón, lo cierto es  que el Juez Federal Eduardo  Valiente quedo preso de sus propias palabras ya que primero indico que la guerra contra las drogas se había perdido en Formosa y después  tuvo que rebuscarse con argumentos infantiles y de poca credibilidad para procesar a los tres perejiles que fueron usados  como mulas para trasportar  2 kilos de cocaína.

 

A casi 1 mes de los hechos la Gendarmería  Nacional no perito los teléfonos celulares de los imputados, a pesar de estar ordenados desde el día 21 de mayo, tampoco se pericia el grado de pureza de la droga y muchos menos se realizaron medidas procesales lógicas y de estilo en este tipo de delitos , como por ejemplo el allanamiento de las viviendas de los imputados para ver si encontraban más datos o pruebas: si los jóvenes compraron la droga para fraccionarla y re venderlas en algún lado estaban los elementos para el fraccionamiento y el estiramientos de la sustancia, pero esto no se investigó.

Valiente se dio cuenta que estos eran perejiles, y los datos objetivos en la causa así lo demuestran, sin embrago preso de su boca no les quedó más remedio que procesarlos por un delito muy grave que seguramente llevaran como estigma social el resto de sus vidas, incluso más allá  del tiempo que Valiente sea Juez Federal.

Los abogados defensores también se fueron e boca, en especial el esposo de la funcionaria judicial Carlos Lee quien se jacta de tener influencia hasta en la Corte  Suprema de Justicia, y cometieron resbalones increíbles, tal vez cuidando la institucionalidad pero inquietando a sus clientes. Uno de ellos manifestó lo importante en estos días es la libertad de los pibes, el resto discutimos cuando estén en sus casas. Parece  un argumento sólido, pero peligroso.

Moraleja para todos, incluso para algunos comunicadores: “en boca cerrada no entra merca».

 

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