El “alerta” de la entrega de la cocaína habría surgido de un “narcoarrepentido”. Porqué no detuvieron al “entregador”

 

 

La Policía recibió “un dato” de un “supuesto narcoarrepentido”, que “podría ser un dealer” de la entrega de “un paquete” en cercanías de una estación de servicio. Ante esta alerta se disponen varios agentes en casi todas las estaciones de servicio.

En la estación de servicio de Napoleón Uriburu y Padre Grotti (conocida como “la de Baldús”), se ubican dos “policías de civil con una moto”.

Cuando se concreta el entrega por parte de un hombre que se acercó al vehículo caminando, y la Toyota Rave emprende una veloz salida del lugar, los policías tenía la alternativa de “seguir el camino del paquete” o individualizar al “entregador”.

Se decidió por seguir el camino de la camioneta que “se deshizo” de la cocaína al verse perseguido, en Ayacucho y Córdoba. Allí, el policía de civil, quedó custodiando “el paquete” y dio aviso a sus superiores por handy sobre el presunto “camino que seguía la camioneta”.

Qué hubiera ocurrido si el personal de Drogas Peligrosas intentaba detener o solicitar identificación al “hombre de a pie”?. Nada. Porqué? Porque ya se había “desprendido del «cuerpo del delito» que lo podría convertir en sospechoso”, es más “podría haber dicho que entregó remedios!!”. Y, además, se hubiera perdido el rastro de la camioneta que llevaba “la prueba”.

EL RAID QUE TERMINÓ EN DETENCIÓN Y SECUESTRO

La camioneta Toyota, con sus tres ocupantes, comenzó un raid desesperado por la zona céntrica de la ciudad a media siesta del viernes. Cuando “pasaron por el edificio de Legislatura” un policía que presta servicios en la sede parlamentaria  (que recibió el mensaje de búsqueda de un vehículo con esas características) intentó darle la señal de Stop, pero “casi lo chocan” y debió salir del medio de la calle para salvaguardar su integridad.

Por algunos minutos, hasta al Comando Radioeléctrico “se le perdió” la Toyota, pero “cuando circulaba por Rivadavia” una camioneta de la Comisaría Primera “se atravesó en la intersección con la calle Saavedra” y, al verse “rodeado” debió parar.

“Cuando se entera mi tía, me mata!!!” (sic) expresó muy preocupado el sobrino de la concejal Denis y el administrador del IAS.

Recién allí “pudo saberse” quienes eran los titulares de la camioneta. Los uniformados de la Comisaría Primera “estaban desconcertados”, sabían “a quién involucraban”. Por eso se “informó a los superiores”, pero en segundos llegó la orden “política”: “hagan lo que corresponde” se escuchó de altas esferas de gobierno.

Era la primer señal de apoyo al accionar policial y que a la concejal “le comenzaban a soltar la mano”, situación que se irá demostrando con otros hechos “de a poco y con el tiempo”, más allá de que prueba su inocencia (cosa muy probable).

EL FUTURO DE LOS MUCHACHOS

Es probable que «los pibes de entre 18 y 21 años» recuperen su libertad en los próximos días. Los abogados, entre ellos un ex juez y –por lo bajo- el hijo de un ex juez federal- ya solicitaron las correspondientes excarcelaciones. Uno de ellos vive en el denominado Circuito 5.

Pero, en el terreno de “la mafia del narcotráfico”, miran atentos todos los movimientos, principalmente si se confirma la identidad de la persona que informó “el dato” a la policía.

Si es una “vendetta entre narcos, las reacciones suelen estar regadas con sangre” explicó un “entendido” en estos casos.

Si los pibes “cantan todo, mencionando a los dealer y otros contactos” para lograr la libertad y demostrar inocencia, “tendrán que ir a vivir a otro lado. “La mafia de la droga se cobra todo. Serán virtuales rehenes de los capos narcos” agregó la fuente consultada.

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