Asesinan a quemarropa a un sargento de policía en plena avenida, un cabo de la misma fuerza quedó detenido por el homicidio

 

AMPLIACION. El sargento de la Policía provincial, Ramón Roberto Oviedo (34 años), murió por “al menos, 4 o 5 disparos de arma de fuego” (presumiblemente de uso reglamentario de la fuerza) alrededor de las 11 de la noche en una colectora por la avenida Independencia a la altura del barrio Villa Lourdes. Por el homicidio se procedió al arresto de un cabo de esa fuerza y «compañero» en la sección Montada. La investigación se inclina por un crimen pasional.

El homicida intentó escapar en su moto de 110 cc color naranja con terminación de matricula en 282 hacia su barrio, Circuito Cinco, pero fue apresado por otros policías. ESTA DETENIDO EN LA ALCAIDIA «COMO UN PRESO COMÚN». 

TERRIBLE SAÑA

Los testigos indicaron que luego del segundo o tercer disparo, el homicida tropezó y cayó, al levantarse pateo el cuerpo (ya sin vida) del sargento y volvió a utilizar su pistola reglamentaria para apuntar y volver a disparar contra la humanidad de su camarada.

El «tiro fatal» ingresó por el brazo «tocó» el corazón y el proyectil se alojó en un pulmón. 

 

A la vista de vecinos que estaban en la vereda de la esquina de la avenida Independencia y Marighetti y otros muchachos que estaban en la zona parquizada de ese acceso a la ciudad, un motociclista (supuestamente conducida por un cabo de policía de 26 años) seguía de cerca al sargento (de la Policía Montada que conducía una moto de 110 cc marca Motomel) y «cuando la víctima redujo la velocidad por la presencia del reductor de velocidad», el homicida «pateó la moto provocando la caída del motociclo y comenzó a dispararle al cuerpo» explicó un vecino de la iluminada zona de la ciudad.

En la zona del desastre «había gente tomando mate en la vereda de sus casas». 

El asesino tras cumplir su cometido «en segundos» emprendió la huída, pero los testigos alcanzaron a «tomar los datos de la patente de la moto, además del color y otros detalles» que sirvieron para que un par de horas después del horrendo hecho los investigadores (con la anuencia de la jueza de turno Karina Paz) detengan al citado cabo de policía y secuestre la motocicleta «supuestamente» utilizada en el momento de crimen.

En el escenario del luctuoso suceso pudo ver a la cúpula de fuerza de seguridad provincial, el jefe y subjefe de la Policía, comisarios y oficiales de diferentes dependencias de la ciudad capital.

Con el cuerpo del sargento en el asfalto, mientras los peritos realizaban su trabajo científico, se manejaron diferentes hipótesis: entre ellas la de un sicario como autor material del hecho, pero rápidamente fue descartado: «un sicario no cometería este hecho a esta hora en medio de una avenida muy iluminada y transitada. Tampoco utilizaría una móvil con la patente puesta!!» explicó uno de los investigadores.

«Se trató de una reacción violenta y en caliente» agregó. Pocos minutos después se conoció la inclinación por «un crimen pasional» y la detención del «camarada».

En la calle pudieron verse al menos cinco «indicadores» de balas servidas. Las vainas eran «a simple vista» de un arma de uso reglamentario.

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