De este y de aquel lado de los cortes en las rutas de Formosa, aguardan impacientes que la solución llegue y se libere un derecho. Sin juzgar las razones de unos y de otros para que una mesa los junte y coincidan en puntos claves. Los que “miran lejos” desde la larga cola de autos, camiones y micros “si se habilitó el paso” exigen soluciones.
Alimentar –en los dichos o los hechos- que se cierre aún más alguna postura no ayuda para nada a un final que ayude a la concordia.
Como están dadas las circunstancias: corte de ruta con posturas inflexibles, permanentes roces entre los manifestantes aborígenes y la policía o los gendarmes, mediatización del reclamo; el “fantasma” del conflicto de La Primavera ronda en la ruta 11, a la altura del Namqom.
Quieran los hechos demostrarnos que estamos equivocados.
Ya son muchos los que esperan un gesto de cordura. El corte de la comunidad Qom afecta cada vez más a la gente común.
Camino a la segunda semana de impedimento para circular por la ruta nacional, ayer Gendarmería Nacional “desalojó” al grupo que estaba instalado “antes del control policial”, pero el reclamo ahora se trasladó –con pequeños incidentes mediante- “al otro lado del control policial” del barrio toba, frente a la escuela.
En las últimas horas pudo verse a dirigentes políticos (ARI), gremiales (Docentes) y religiosos (Delfino) acercar “ayuda” a los aborígenes instalados sobre la ruta.